La Selección Nacional llegará a 25 unidades en la eliminatoria mundialista. El cuadro dirigido por Luis Fernando Suárez pondrá a arder la clasificación de la Concacaf; ese es mi pronóstico. Con esos números, el plantel nacional terminaría al menos con el repechaje asegurado.
Costa Rica cuenta con una gran ventaja respecto a sus contendientes y es que sus dos duelos vitales y claves, ante Canadá y Estados Unidos, los jugará en casa, situación que motivacionalmente genera un gran impacto en futbolistas y cuerpo técnico.
Una victoria contra Canadá hará que el resto del equipo termine de meterse en la ola positiva, para visitar de inmediato a El Salvador, que está eliminado y sin ningún tipo de interés en la fecha, por lo que no debería de representar una dificultad mayor.
Ya con seis puntos en el bolsillo, la Nacional llegará con la ilusión a tope, la exigencia al máximo, pero el deseo por triunfar totalmente desbordado. Ante esto y una Joya de La Sabana a reventar, el equipo nacional conseguirá el triunfo y asegurará los 25 puntos frente a Estados Unidos.
Ya con esa cifra, el equipo nacional habrá visto cómo Panamá, México y Estados Unidos se quitaron puntos entre ellos, porque hay un duelo aztecas - estadounidenses y otro canaleros - estadounidenses de por medio.
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Si, por ejemplo, Panamá pierde un solo encuentro de los tres que le restan llegará como máximo a 23 puntos; ante esto, Costa Rica y sus 25 puntos la superarían. En el caso de Estados Unidos y México, el panorama es más complejo porque deben ceder cinco unidades de las nueve que disputarán, es decir, se requiere una fecha para el olvido.
Mi pronóstico es que a base de momentos emocionales e individualidades importantes como los de Joel Campbell, Keylor Navas, Celso Borges o Bryan Ruiz, la Sele conseguirá pelear hasta el final... Ganará nueve puntos y rozará la clasificación directa, aunque al final terminará quedándose con un repechaje que será el premio del trabajo realizado, sobre todo de una mezcla de generaciones que pese a las dificultades y momentos de bajo rendimiento nunca dejó de creer.