Limón
A solo cinco minutos del pitazo final, Erick Scott hace un sprint de casi 20 metros. Cruza la cancha de lado a lado sin dar la pelota por perdida, aun cuando es evidente que el balón abandonará el desgastado césped sintético del Estadio Juan Gobán.
La temperatura castiga, supera los 30 grados, Limón gana 2 por 0 y el veterano de 35 años corre por aquella pelota con el mismo ímpetu de los chiquillos del equipo Sub-15 que justó después del partido entraron al Juan Goban para seguir jugando.
Aquel pique de Scott representa el presente de Limón, tanto como la actitud floja de los defensores brumosos para perseguir al delantero caribeño reflejan a Cartaginés.
Dos realidades tan opuestas como evidentes. Limón entró a su estadio a imponer el ritmo del cotejo, puso el balón al suelo, abrió los costados y penetró con enorme facilidad la zaga brumosa.
Solo en la táctica fija como los cobros de Miguel Marín, los caribeños desaprovecharon cuatro ocasiones de peligro en la primera etapa.
No les hizo falta, la claridad en la salida, con la presencia de dos prospectos como Shain Brown y Michael Barrantes por las laterales y la claridad en la ejecución de los movimientos en el mediocampo, les permitieron a los anfitriones adueñarse del partido.
Una jugada de tome y dame de Steven Williams con Scott, que acabó en un remate desviado del atacante, fue el primer aviso del líder. Insistente en su propuesta, Limón maniató cualquier opción brumosa de ataque al presionar la salida de los blanquiazules.
Una buena acción que nació en la banda derecha se transformó en el primer gol. Una mano de Rándall Alvarado dentro del área fue señalada como penal y Scott no perdonó, gol al ángulo al 17'.
La premisa caribeña fue sostener la redonda y evitar que Cartaginés tomara confianza. Dentro de los pocos recursos del visitante en ofensiva, Paolo Jiménez lo intentó por intervalos en la derecha y Chiqui Brenes insistió al moverse a la espalda de los zagueros con pocos resultados.
En la complementaria, el equipo brumoso adelantó líneas con la presencia de Hernán Fener y Giovannie Clunie, pero la mejoría apenas si se sintió. Los trazos largos de Michael Barrantes chocaron una y otra vez con la muralla caribeña y en pocos minutos Limón retomó la pelota.
Con el tránsito fluido de los hombres de mediocampo y las transiciones rápidas en algunos lapsos, y el toque en corto y el control del juego en otros momentos, Limón mantuvo el dominio de las acciones, ante el evidente gesto de frustración del banquillo brumoso.
A la cara de angustia de Jeaustin Campos se sumaron los gritos de rabia de Danny Fonseca.
Cuando la táctica y la calidad individual dan pocos resultados, el coraje parece ser la única salida. Ayer Cartaginés no mostró ninguno de los tres argumentos, a excepción de los gritos de Fonseca.
Limón en cambio confirmó su solvencia con una buena jugada por derecha que acabó en la cabeza del gigante Williams, atento e incisivo en el área a la espera de su oportunidad.
El delantero puso la lápida al 54'. Sí, muy temprano, pero la respuesta del visitante fue pobre.
A Limón le bastó con medir los tiempos y controlar el duelo para confirmar la victoria y consolidarse en la punta del certamen con 23 unidades.
Cartaginés sigue sin ganar y cada vez más lejos del sueño de la clasificación.