¿Recuerda a Ricardo Espinoza? Es un delantero que Alajuelense tenía en sus ligas menores desde que lo reclutó en una visoría efectuada en Liberia, en noviembre de 2018, y que tomó la decisión de irse del país en busca de nuevas oportunidades.
Después de aquella visoría, la Liga lo sacó de su tierra natal y se lo llevó al Centro de Alto Rendimiento (CAR), en Turrúcares, para que se integrara al alto rendimiento.
En todo este tiempo acumuló más horas fútbol en la Liga de Ascenso que en Primera División.
Si no lo vio con Juventud Escazuceña como uno de los cachorros de Mauricio Montero, quizás le venga a la mente como aquel chiquillo que la Liga alineó en un clásico, en un momento dramático.
Hernán Torres había vuelto al país para dirigir de nuevo a Alajuelense y muy rápido empezó a quedarse sin jugadores, porque la mayoría se lesionaban.
Venía el clásico del 6 de abril de 2019 en el Morera Soto y los manudos tenían lesionados de forma simultánea, entre otros jugadores, a todos sus atacantes: Róger Rojas, Marco Ureña, Jonathan Moya y Jurguens Montenegro.
Antes de ese clásico, había sumado unos pocos minutos en dos partidos, en los que entró de cambio.
“Casi no tuve el chance de mostrarme en Primera, pero el tiempo que estuve para mi fue un gran aprendizaje y un sueño a la vez. Tenía como dos meses de estar con la liga menor y tener el chance de debutar en el equipo que uno seguía de pequeño no tiene precio”, mencionó Espinoza.
Hernán Torres desde Colombia le comunicó a Agustín Lleida que él prefería hacerse a un lado y no continuar a cargo de Alajuelense.
Con Andrés Carevic, Espinoza no tuvo participación en el primer equipo.
“Gracias a Dios pude celebrar un campeonato con el alto rendimiento, somos los actuales campeones. Jugué en Escazuceña dos temporadas. A nivel grupal nos fue muy bien, ya que clasificamos a semifinales con un equipo joven, la gran mayoría del alto. Y a nivel individual creo que también, ya que pude marcar 11 goles y tener una regularidad en los partidos”.
El delantero cumplió 20 años el pasado 8 de marzo y aún le restaban seis meses de contrato con Alajuelense y podría seguir en el alto rendimiento, porque por la pandemia se amplió el plazo para que sea una categoría Sub-21.
Sin embargo, él quería intentar algo en el extranjero y optó por ir a hacer algunas pruebas a España.
“Todo se dio por medio de mis representantes. Primeramente había interés de la filial del Getafe, pero al final no se llegó a un acuerdo. Después salió la oportunidad de AD Mérida, que fue con el que hice prueba”, citó.
Estando allá anotó, pero no se quedó en ese club.
“Me di cuenta que era un fútbol mucho más dinámico, por dicha pude adaptarme rápido. Gracias a eso en los amistosos que disputé me fue bien y gracias a Dios tuve la oportunidad de que tres equipos de allá se interesan en mí, no te voy a mentir, no lo podía creer. Y claro fue muy motivante para mí”, relató.
Al final, firmó por un año con el equipo C.D. Don Álvaro, que es de la tercera división, equivalente a un quinto nivel del sistema de ligas de fútbol de España.
“Mi objetivo número uno y más importante es devolverle a mi familia lo mucho que han hecho por mí, refiriéndome a mi tío, mi abuela y mi mamá. A ellos le debo todo lo que soy hoy, pero a nivel personal es ir aprender y mejorar día con día mi juego.
“Sé que voy a estar rodeado de un fútbol de máxima exigencia en todos los ámbitos y claro que la idea es ir a hacer una buena temporada para abrirme puertas en alguna liga top”, manifestó Espinoza.
Al consultársele si le hubiese gustado tener un poco más de oportunidad en Alajuelense, el atacante contestó: “Sí, claro, pero yo sé que el tiempo de Dios es perfecto. Sé que en algún momento tendré la oportunidad de regresar y sudar la rojinegra. Tuve una conversación con ‘Agus’ (Agustín Lleida) al respecto y me dejó claro que las puertas siempre estarán abiertas”.
La Nación le preguntó recientemente a Lleida por Espinoza y fue cuando el director deportivo manifestó que el jugador andaba en una prueba y que si le iba bien y se quedaba allá, “la Liga tendrá un porcentaje de acuerdo a su rendimiento deportivo”.
Antes del triunfo rojinegro de 2-1 contra Guanacasteca en el Estadio Chorotega, Lleida indicó en Radio Columbia que Espinoza terminaba contrato con la Liga en diciembre.
“Aquí no había nada que le interesara, su agente le consiguió una prueba en España y fue allá, estuvo entrenando con Mérida, finalmente cerró en otro equipo de tercera división y nosotros lo apoyamos en todo.
”Al final hicimos un acuerdo con el club y mantenemos un porcentaje a futuro, pero no queríamos ser un impedimento para que él tuviera esa oportunidad en España y muy contentos que esté allá, que la pueda aprovechar”.
De un tiempo para acá, algunos jóvenes optan por partir a una tercera o una cuarta división de España.
Ante eso surgen algunas dudas: ¿La diferencia con la Primera de Costa Rica es mucha? ¿Puede crecer un muchacho que se marche de forma prematura a una liga de ese tipo?
“Te diré que la cuarta división de España es semi amateur, entonces yo creo que si un jugador costarricense tiene la oportunidad de jugar en Primera División de Costa Rica es claro que yo no tomaría el rumbo de ir a una cuarta división de España. La tercera división es la segunda B de antes, es un nivel más profesional”, respondió Lleida.
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