Cuando solo era un niño, unos vecinos le regalaron una camisa de su ídolo, Jervis Drummond, defensor del Deportivo Saprissa y mundialista de Corea y Japón 2002 y Alemania 2006, a quien trataba de imitar corriendo la banda derecha lo más rápido que podía.
Desde aquel momento Pablo Arboine soñaba con llegar al Saprissa algún día, ser parte de la zaga morada y alcanzar campeonatos como el veloz lateral, a quien siempre admiró por su rapidez, entrega y coraje en la cancha.
En su primer torneo con los tibaseños alcanzó su meta, al ser parte del cetro 37 del Saprissa, luego de vencer 2-1 al Herediano en el global. Además se consolidó en la defensa junto a figuras como Kendall Waston y el panameño Fidel Escobar, quienes en todo momento lo aconsejaron y ayudaron a mejorar en todos los aspectos.
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“Es un sentimiento único para mí ser campeón con el Saprissa. Recuerdo que cuando era niño admiraba mucho a Jervis Drummond, porque yo jugaba como lateral derecho. Entonces unos vecinos que vivían detrás de mi casa, doña Xinia y don Edwin Palma, me regalaron una camisa de Jervis con el número 2. Esa camisa aún la conservo, aunque está un poco deteriorada”, comentó Arboine.
Pablo no oculta que en la cancha trataba de correr tan rápido como el gemelo Drummond, por lo que era su modelo a seguir. Desde que tiene memoria siempre fue seguidor de los colores morado y blanco.
“Imagínese; yo decía que era Jervis Drummond, quería imitarlo, correr como él. Siempre quise jugar con esta institución. Es por eso que estoy muy contento al celebrar este título, la verdad quiero disfrutarlo porque esto es muy hermoso por todo el esfuerzo que realizamos”, añadió Arboine.
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Sin dudar
Con el cuadro tibaseño Arboine jugó 20 partidos, todos como titular, y estuvo en cancha 1.791 minutos. Anotó dos goles, dio una asistencia y vio la tarjeta roja en una ocasión.
Aunque en el pasado, mientras militaba en el Santos de Guápiles, fue un jugador temperamental, lo que le costó expulsiones y fuertes sanciones, a sus 24 años demostró ser un defensor fuerte, aguerrido y el cual con los años aprendió a controlar sus impulsos.
“En lo personal nunca dudé de mi talento, de lo que yo valía. La verdad pude corregir ciertas cosas. Hoy en día el esfuerzo en los entrenamientos, el estar trabajando a consciencia y callado, dio sus frutos. El tiempo me dio la razón de que Pablo Arboine vale, que es un gran jugador”, admitió Arboine.
El siquirreño empezó en el deporte del atletismo, en las pruebas de velocidad, y más tarde prefirió jugar al fútbol. Debutó en la Primera División con el Santos, en el 2016 y aunque su camino no fue sencillo, con dedicación y perseverancia pudo pulir su talento, lo que hoy le valió ser parte de un equipo ganador.
“Los cinco defensas que alternamos en el Saprissa demostramos que es una zaga muy bien estructurada y nos entendemos muy bien. En lo personal lo entregué todo por el equipo, al igual que mis compañeros y ese esfuerzo se vio recompensado con el título”, analizó Arboine.
Aunque en las últimas semanas, en diferentes medios, se vinculó su nombre a un posible traspaso a la MLS, de los Estados Unidos, Pablo señaló: “Ahorita estoy contento en Saprissa; a futuro mi representante analizará qué es lo mejor para mí”.