Alajuela. De condicionar al rival a proponer en ofensiva. La Liga cambió de idea futbolística en la segunda etapa del D. T. Óscar Ramírez. Por eso también mutó el sistema.
Más que la línea de tres, Alajuelense revolucionó todas sus líneas; principalmente en la mediacancha, donde los hombres que otrora hacían de candado hoy transitan con amplías libertades hacia el frente del ataque erizo.
Ariel Rodríguez,Luis Miguel Valle y Kenneth García son los nombres de ese cambio. Ellos forman un triángulo en la cintura que, con mucho dinamismo, intenta dejar la obsesión por destruir para compartir la tarea de crear.
Valle libre. En Valle se nota la alteración más profunda. Dejó la recuperación como su tarea casi exclusiva para soltar cadenas e irse alegre por uno u otro lado del ataque.
“El funcionamiento del equipo lo lleva a uno a buscar otros espacios, otros movimientos... Por dicha han dado resultados, lo que quiere decir que han sido buenas decisiones”, comentó Luis Miguel, quien no esconde las ganas por acercarse cada día más al área contrario y participar de los goles, algo que poco se le había dado en las otras etapas de su carrera.
Por su parte, el Coco García vive los mejores momentos desde que llegó al Morara Soto.
Por fin se siente seguro en la alineación titular y el gol en el clásico le significó el momento más grato desde que se puso la casaca rojinegra, a mediados del año pasado.
“Creo que sí (es mi mejor torneo). Todos los días hay que ir mejorando, uno no se puede quedar con lo que ha hecho hasta el día de hoy”, aseguró ayer el creativo.
Una cosecha que le ha costado cultivar al Coco, pues en la temporada pasada sus apariciones fueron esporádicas y le costó mucho adaptarse al pesado ambiente de un equipo grande al tiempo que se iba haciendo a la idea de que ya no era titular indiscutible, como lo fue en Liberia Mía y Pérez Zeledón.
¿En algún momento pensó en dejar la Liga? “Sí, porque uno piensa muchas cosas. Ya uno dice ‘30 años, no jugás’...”, respondió muy directo García.
Ariel lo cambia todo. Rodríguez es quizá el principal responsable de este cambio en la línea de volantes.
Él contención ha cumplido con las tareas para las que se le contrató: recuperar la pelota y dar arranque a la construcción del juego.
Su presencia libera a Valle de muchas de las tareas defensivas, a la vez que potencia a García.
“En Pérez Zeledón hicimos muy buenos partidos y, gracias a Dios, hoy se nos brinda la oportunidad de jugar juntos”, explicó García respecto a un compañero al que cataloga como técnico y talentoso.
Además, Rodríguez aporta algo a la Liga que del todo no tenía en los últimos torneos: remates de lejos.
Sus potentes proyectiles cambian la dinámica de los partidos, pues los rivales ya no pueden sentirse tan cómodos dejando espacios frente al área. Al tiempo que propicia algún que otro rechazo complicado en el área o tiro de esquina.