En su familia todos eran manudos... bueno, casi todos. El jugador Cristian Martínez es morado desde que tiene memoria, gracias a su padre, y eso primó para que firmara con Saprissa a pesar de que en el mercado de fichajes la Liga pujó fuerte por él.
Dejar Liberia no fue sencillo, para nada. Aprender a cocinar y a vivir solo fue tarea difícil para un guanacasteco que se crió con sus padres en compañía de sus cuatro hermanos.
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Martínez es el hijo del medio de María Eugenia Mena y Edgar Martínez. Quien hoy suple la baja de David Guzmán por acumulación de amarillas es un hombre de familia, a quien le gusta bailar —aunque no es muy bueno—, según relata su hermana Allison, tres años menor.
El volante, quien repetirá este miércoles en el once de Carlos Watson, es graduado de bachiller del Liceo Laboratorio de Liberia. A Martínez sus amigos lo molestaban, pues no entendían cómo estudiaba tan poco, pero obtenía tan buenas notas.
"Nosotros lo molestábamos porque leía todo 10 minutos antes y todo se le pegaba. Los exámenes de bachillerato los pasó sobrado; en Matemáticas sacó un 93. Él quería ir directo a la universidad, pero me dijo que lo hará apenas se acomode mejor ahora que está en San José", dijo Allison.
La hermana de Cristian fue clara en que lo intentó persuadir para que vistiera la camiseta de la tradición familiar: la rojinegra. "Yo soy manuda —guarda un momento de silencio—, pero lo apoyo", sostiene la hermana menor.
"Yo quería que jugara con la Liga, pero aquí es lo que él deseaba. Siento que ahora no queda más que apoyarlo, pero no voy a dejar de apoyar a mi equipo", quiere recalcar Allison.
El morado, quien será de la partida este miércoles ante Pérez Zeledón, tiene una virtud, según su abuela Josefa Mena. En criterio de esta guanacasteca de 72 años, su nieto tiene mucha paciencia, valor que le inculcó ella misma en los viajes en bus de más de dos horas que en ocasiones compartían ambos para ir a partidos de fútbol a otras zonas de Costa Rica.
"Cuando estaba más pequeño, yo tenía que llevarlo a los partidos y nos íbamos en bus público porque él tenía que ir a jugar a Limón o Golfito (con las divisiones menores de Liberia). En esos viajes le enseñé que tenía que esperar a que llegaramos a cada lugar, que no había prisa", recordó Mena.
Pareciera que esas palabras de su abuela quedaron marcadas de por vida, pues a pesar de haber disputado solo 435 minutos en esta campaña, el futbolista está más que cómodo en el club.
Esta versión la respaldan compañeros como Dylan Flores, Francisco Calvo y Marvin Angulo... En el camerino hay dos jugadores que lo conocen bien: uno es Dylan y el otro es Ulises Segura. Con ambos ha compartido en procesos de selecciones menores.LEA: Reportaje fotográfico: La Cueva del Saprissa dejó de ser un basurero
"Estuve con él trabajando en la Selección Preolímpica, él se sabe cuál es su posición y lo más importante, tiene toda la confianza del equipo. Cuando le ha tocado, lo ha hecho bien y esto es de esperar", dijo Flores.
Por su parte, el técnico Carlos Watson dice estar tranquilo con lo que ha mostrado hasta el momento el futbolista: "Martínez es un jugador que corta y entrega el balón de manera rápida. Paulo Wanchope lo conoce muy bien porque lo ha tenido en selecciones, tiene ritmo y es un buen contención. Se ha fogueado internacionalmente, sabe cuál es su rol y como buen guanacasteco va por todas y tiene buen toque; creo que va a mejorar muchísimo en el pase".
En sus primeros días en la S, a Martínez se le preguntó qué opinaba de que el difunto entrenador Orlando de León lo haya comparado con el estilo de juego de Yeltsin Tejeda.
"Para nadie es un secreto que Yeltsin es un gran jugador, pero yo soy yo. Tejeda ya tiene recorrido, yo quiero ganarme un campo aquí en Saprissa y espero seguir trabajando día a día para seguir mejorando". Así de claro respondió este mediocampista que ve en los barcelonistas Sergio Busquets y Andrés Iniesta un ejemplo por seguir en el terreno de juego.