El oficio de la agricultura no le es del todo desconocido a Víctor Murillo. En su niñez, se crió Santa Rita de San Carlos y junto a su papá aprendió a sembrar piña y palmito. Sin embargo, el volante campeón con Cartaginés jamás imaginó que la vida lo llevaría de nuevo a un oficio relacionado con la agricultura.
![Leonela Araya es la novia del jugador del Cartaginés, Víctor Murillo. Ambos emprendieron juntos en un puesto de venta de verduras en ferias del agricultor.](https://www.nacion.com/resizer/v2/XOP6TVWHB5GZ3LKXZ7OCL7FWKI.jpeg?smart=true&auth=e4131a4bd386ba28cbbcc138fed64dabfbfbd1a761729f61b6ff8ca2b80900cc&width=1390&height=992)
Murillo tiene 28 años, es licenciado en educación física y aún se ve jugando por varios temporadas más. Eso sí, tiene claro que el fútbol no es eterno y por lo mismo, decidió incursionar con su novia en el mundo de las ferias del agricultor y la venta de verduras.
Leonela Araya, pareja de Víctor y socia en este emprendimiento, tiene mucho más manejo de la materia, ya que su padre se dedica a este tipo de negocios. Araya fue la de la idea de iniciar con un puesto en una feria en Tejar de Cartago, y el mediocampista brumoso se lanzó con ella en la aventura.
El rol del jugador de los blanquiazules es más que todo en los preparativos y la atención de los clientes. No obstante, día con día trata de aprender más en sus tiempos libres y de a poco se familiariza con la elección de los productos y lo que buscan los clientes.
“Tenemos un tramo de verduras, principalmente chayotes y tomates cherry. Mi suegro tiene una chayotera y ellos siempre iban a las ferias, así que se nos dio la oportunidad de colocar un puesto en Tejar los viernes y nos ha ido muy bien. La gente llega, es aficionada al club y yo los atiendo”, contó el contención, quien espera renovar con los centenarios.
Esta pareja no se quiere quedar ahí, sino que pretende colocar una verdulería en un futuro no tan lejano y probar en otros puntos. Claro, por ahora dan pasos más cortos y se enfocan en consolidar su proyecto.
Murillo incluso presta mucha atención en la parte de la siembra y la producción, que es la que menos conoce. Su novia asiste al Centro Nacional de Abastecimiento y Distribución de Alimentos (Cenada), donde cuenta con un espacio, y ahí suma experiencia para lanzarse con él en nuevas opciones.
“Para ir a la feria hay que alistar todo, pero tengo una novia super carga, que tiene años en esto y sabe todo. Hablé con mi suegro, le dije que quería meterme y me dio la oportunidad, así que estoy contento y a la gente le gusta la calidad del producto. Me quiero quedar mucho en Cartago, porque me tratan muy bien y tengo muy buena relación con mis suegros y mi novia”.
Fascinado con Cartago
Víctor Murillo llegó al Cartaginés a mediados del 2021 y tras tres años y medio en la provincia, asegura estar maravillado con Cartago; le encanta el clima, el trato que le dan y la tranquilidad que siente al vivir ahí.
![](https://www.nacion.com/resizer/v2/UJYBWTXNMRFTTLUGXJZPMITPP4.jpg?smart=true&auth=0983aa34f82c41268f9a69ac647e52eda0767e6ebe6f87f4a30c29b7e3d1fd35&width=3000&height=2000)
Murillo fue parte del histórico plantel que acabó con la sequía de 81 años sin títulos. Incluso, lleva tatuada esa copa en uno de sus brazos y asegura que lo que ha vivido con este club es algo único e irrepetible.
“Me encanta la provincia de Cartago. La dirigencia y la gente me han recibido muy bien, me siento contento y ahora tengo un negocio con mi novia. Quiero seguir acá y me siento como un cartaginés más”.
A Víctor no le hace falta el clima caliente, pese a haberse criado en Santa Rita de San Carlos. Hoy en día, prefiere el frío.
A nivel deportivo, considera que puede dar mucho más. El año anterior sufrió la ruptura de ligamento cruzado en su rodilla y aunque volvió, confesó que aún arrastra dolores normales de una lesión tan complicada.
Su deseo es seguir con los brumosos y prepararse mejor en la pretemporada, para darle más alegrías a la afición.