Alajuelense tuvo un 2021 extraño, atípico, que inició cargado de ilusiones impulsado por la copa 30 que conquistó hace exactamente un año.
La ambición de ir por el bicampeonato tomó más fuerza con la conquista en febrero del cetro de la Liga Concacaf y la llegada de ‘fichajes bomba’ como Marcel Hernández y Johan Venegas.
Durante el primer semestre del año, el equipo hizo una fase regular prácticamente perfecta, sin perder, con un rendimiento altísimo, en un torneo donde se había suprimido la gran final.
Los sueños de Alajuelense se desvanecieron en esas semifinales, donde aparte de los gruesos errores arbitrales, el equipo dirigido en ese momento por Andrés Carevic hizo todo lo que no debía para quedar en el camino de manera inesperada y sorpresiva.
Fue un golpe muy fuerte que dejó al equipo tendido en la lona y levantarse le costó más de la cuenta. Pronto llegó el fin de la era Carevic, como secuela de lo ocurrido en la semifinal y de un arranque de torneo muy complejo, porque hubo muchos jugadores que no hicieron pretemporada debido a sus compromisos con la Selección en el Final Four de la Concacaf y en la Copa Oro.
Llegó Luis Marín y su paso fue efímero, el equipo en el torneo tenía altos y bajos pero fue en el plano internacional donde firmó uno de los episodios más bochornosos en sus 102 años de historia, al no superar la primera ronda de la Liga Concacaf contra el Guastatoya de Guatemala, que marchaba de último en su país.
Después de ese paso fugaz de Marín, llegó Albert Rudé, académicamente muy preparado y con un doctorado en fútbol, pero la Liga se convirtió en su primera experiencia como técnico estelar de un banquillo.
En la Liga existía el temor de que el equipo ni siquiera clasificara, pero sí lo hizo. Superó al Santos de Guápiles en las semifinales, en una serie que terminó 3 a 3 y en la que los rojinegros avanzaron con el gol de visita como criterio de desempate.
Pero en la fase final, a Alajuelense le faltó el gol que tanto requería, aunque también un poco de suerte. La expulsión de Bernald Alfaro empezando el segundo tiempo condicionó el partido de ida en Tibás, que ganaron los morados por 2 a 1, y en el Morera Soto, la Liga solo necesitaba de un gol, que nunca cayó, ni siquiera por la vía del penal, mal cobrado por Daniel Arreola y adivinado por Aarón Cruz.
Aunque Albert Rudé mencionó que la eliminación de Alajuelense era un objetivo no conseguido, por la plantilla que tiene, por los fichajes bomba y por las expectativas que existían, lo de la Liga se sintetiza como un fracaso.
Inclusive, así lo definió el propio Bryan Ruiz esa misma noche, al explicar que siempre que no se consigue un objetivo, grande o pequeño, es un fracaso.
Pero esos resultados finales, tanto en el Clausura 2021, cuando Saprissa se dejó la corona, y en este Apertura 2021, en el que Herediano acaba de alzar la copa, no compaginan con los números globales de Alajuelense en el año.
El periodista y estadígrafo Christian Sandoval sacó los números de lo que dejó el 2021 en la Primera División del fútbol masculino. Aparte de los títulos de la S y del Team, enumeró que los morados se convirtieron en el equipo con más partidos, al disputar 54 encuentros.
Además, el club más goleador fue Alajuelense, con 100 anotaciones en este año. La Liga también fue el cuadro que coleccionó más victorias, con 27 partidos ganados.
Liga Deportiva Alajuelense fue el equipo que sumó más puntos en el año, con un total de 96 y fue el cuadro que presentó al hombre que marcó más anotaciones, un atestado que recae sobre el cubano Marcel Hernández con un total de 20 perforaciones.
Es un fenómeno extraño el que presentan los rojinegros y que adentro del club hasta resulta inexplicable, tanto que a hoy continúa el silencio.