Lejos de fortalecer a Alajuelense y de acercarlo al empate ante Saprissa, los cambios realizados por el técnico Guilherme Farinha le restaron fuerza al equipo rojinegro.
Diego Madrigal, Allen Guevara y el argentino Lucas Gómez ingresaron en el complemento, cuando Alajuelense perdía 1-0 y buscaba el empate.
Ninguno de los tres se vio bien, fueron presa fácil de la zaga morada y no generaron ocasiones de peligro.
Más bien, para Saprissa fue un alivio porque sus defensas se quitaron el peso de controlar el dinamismo y potencia que le dan al juego los atacantes José Guillermo Ortiz y Jonathan McDonald, quienes fueron los sacrificados junto al mexicano Juan de Dios Hernández, quien quedó debiendo en el clásico.
Con los cambios, la Liga dejó de llevar peligro y empezó a tirar pelotazos en busca de Gómez y de Johnny Woodly.
El defensor Kenner Gutiérrez, a quien Farinha sacó de su zona, el centro de la defensa, para pasarlo a la banda derecha, lamentó el error en la primera anotación, y aseguró que la diferencia la marcó la contundencia de los morados.
“Una descoordinación entre dos compañeros nos cuesta el 1-0. Nos tratamos de recuperar y estábamos llegando. Esto es de goles, Saprissa anotó dos, fue contundente y creo que ahí está la clave”, opinó Gutiérrez.
Molestia con arbitraje. Por otra parte, los jugadores de Alajuelense salieron furiosos con el arbitraje de Juan Gabriel Calderón.
El réferi no señaló una falta clara dentro del área de David Guzmán sobre Jonathan McDonald, cuando el delantero quedó de cara al gol.
“La sujeción es clara, vimos la repetición en el camerino, es clarísima”, recalcó McDonald.
Según el artillero, el central estaba nervioso.
“No se les puede hablar porque amarilla o deseando que uno diga algo para roja. Yo le dije a mis compañeros: ‘No le digan nada, él no va a cambiar su forma’”.