Inglaterra le confió a un equipo muy joven la misión de regresar al primer plano del fútbol mundial.
Consternados por un puñado de fracasos consecutivos, los creadores del deporte más popular del planeta y dueños de una de las ligas más competitivas no soportaron más el haberse alejado de la élite en lo que a selecciones se refiere.
Por eso, su técnico Roy Hodgson, decidió darle un viraje rotundo a lo que se tenía acostumbrado, el cual era más que necesario, puesto que desde Italia 1990 no están en una semifinal y desde Inglaterra 1966, cuando fueron campeones, no se meten en la pelea por el cetro.
El entrenador prefirió entonces el hambre de triunfo de los más jóvenes, las ganas de demostrar y dar un salto en sus carreras; en lugar de los kilómetros de experiencia de los veteranos ya en zona de confort.
Ocho de sus 23 convocados a Brasil 2014 (Inglaterra dio lista definitiva, no preliminar) tienen menos de 23 años. Ellos son Phil Jones, Jack Wilshere, Luke Shaw, Ross Barkley, Jordan Henderson, Alex Oxlade-Chamberlain, Raheem Sterling y Danny Welbeck.
Shaw, sorpresa con Southampton, es el menor de todos, con 18. Lo sigue Sterling, de Liverpool, con 19 y Barkley, de Everton, con 20.
Se apeló a esta nueva generación en lugar de jugadores como John Terry, Rio Ferdinand, Ashley Cole, Jermaine Defoe, Michael Carrick y Andy Carrol, entre otros.
Y eso que otros futbolistas muy jóvenes, los cuales tenían todas los números para ser parte del equipo, se lesionaron, tales como Kyle Walker (pelvis), Theo Walcott (rodilla), Jay Rodriguez (rodilla) y Andros Townsend (tobillo).
Experiencia. Es más, los ingleses solamente llevan a cinco futbolistas que superan los 30 años.
Aunque, lógicamente, se sabe que nombres como el de Steven Gerrard, Frank Lampard y Phil Jagielka, miembros de ese reducido grupo de veteranos, desempeñarán un papel vital como guías y líderes del novel plantel.
De hecho, Gerrard, máximo referente de Liverpool, es el capitán del equipo, y Lampard, ídolo en Chelsea, es el segundo al mando.