El tan cuestionado viaje que hará el presidente, Luis Guillermo Solís, a Corea se puede enfocar desde una perspectiva hasta ahora no mencionada y que ofrece una oportunidad de culminar bien un camino en el que se han cometido graves inconsistencias: la puesta en funcionamiento de un sistema digital unificado de compras públicas.
Dicho viaje es una ocasión propicia para sellar la puesta en operación de ese sistema y cumplir de forma óptima con lo que ordena la Ley 9395, impulsada por el diputado Ottón Solís, que entró en vigor recientemente.
El paso que falta es la reglamentación. Es aquí donde adquiere relevancia la relación con Corea y la visita presidencial. Me explico.
Compras en línea. Tener un sistema único digital de compras públicas no es asunto de poca monta. El Estado es el comprador más grande e importante de nuestra economía.
Desde inicios de este siglo se impulsó el Gobierno Digital, dentro del cual está comprendida la necesidad de que las compras públicas se hagan en línea porque genera un significativo ahorro de recursos, da transparencia y permite control del proceso de principio a fin.
A pesar de ese esfuerzo, el modelo de compras del Estado tiene varios problemas: no está integrado, no hay estandarización de documentos y tampoco procesos de contratación; hay múltiples plataformas de compra con sus propios reglamentos, requisitos y manuales, y diversos registros de proveedores e inexistencia de un código universal por producto, entre otras cosas.
Esto se traduce en serias irregularidades que suben los costos de las compras y minan la confianza en la Administración Pública.
Para solventar esa necesidad, hace 9 o 10 años se creó la plataforma CompraRed, sistema que, según la propia directora de Gobierno Digital y de acuerdo con especialistas como Roberto Sasso y un informe del BID del 2012, no cumple a cabalidad con lo requerido y tiene serias limitaciones, como las tienen el Sistema de Contrataciones Municipales (SCM) y otros que han sido implementados por algunas entidades.
Donativo. En el 2009, gracias a un acuerdo de cooperación, Corea del Sur nos donó el código fuente para desarrollar el sistema electrónico de compras públicas que cumple con las exigencias de las mejores prácticas en contratación pública.
El modelo coreano ha recibido premios de organismos internacionales como la OCDE y la ONU. A partir de la donación, Gobierno Digital y el ICE desarrollaron el sistema llamado Mer-Link, que en el 2013 fue designado, por decreto del Micitt, la plataforma tecnológica de uso obligatorio para toda la administración central.
Mer-Link no es perfecto y se puede mejorar, pero sus ventajas sobre CompraRed y cualquier otra plataforma de compras son contundentes.
Veamos: Con Mer-Link hay control del proceso desde la compra hasta la entrega; esto equivale a un expediente digital de compras blindado contra toda intervención, que permite tener un récord fiable de transacciones; el registro de proveedores es completamente electrónico y avisa a todos los proveedores inscritos cuando alguna entidad va a hacer una compra; se puede conectar con los sistemas contables y financieros de todas las entidades del Estado; utiliza el código de productos de la ONU, lo cual evita que se diseñen carteles a medida y se hagan compras arregladas. Además, a través de Mer-Link ya se tramitan el 65% de las compras públicas en más de 100 instituciones.
Pugna. No obstante todo lo anterior, desde el 2014 se ha creado una inconveniente pugna entre CompraRed y Mer-Link, y se ha debilitado esta última.
Como el cangrejo, en enero del 2015 se emitió un decreto que derogó el del 2013 (que designaba a Mer-Link como la única plataforma) y creó el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop) que se deberá basar en Mer-Link, pero a la vez revivió a CompraRed.
Asimismo, en abril del 2015, se decretó el reglamento para la utilización del sistema de compras gubernamentales CompraRed. Esta decisión es indeseable no solo porque se ha probado que Mer-Link es tecnológicamente superior a CompraRed, menos costoso y mucho más eficiente, sino porque contraviene una recomendación de la Contraloría General de la República de integrar en una sola las múltiples plataformas de compras públicas. Por este motivo, dicho decreto está en proceso de impugnación en estrados judiciales.
Es en este punto donde la Ley 9395 resulta tan oportuna y será determinante su reglamento, que el Ministerio de Hacienda debe estar ya preparando. ¿Por qué? Porque es la oportunidad para zanjar definitivamente el conflicto, acabar con la multiplicidad de plataformas y definir a Mer-Link como el sistema único y obligatorio de compra pública, tanto en la administración central como en la descentralizada.
Este reglamento debe estar listo antes del viaje presidencial a Corea, para que se suscriba con el gobierno de la presidenta Park Geun-hye un memorando de entendimiento que culmine con broche de oro el proceso tortuoso que ha vivido durante siete años la donación que Corea del Sur le hizo a Costa Rica.
La consolidación de Mer-Link es la mejor justificación para la visita a Corea, y estoy segura de que el presidente y el ministro Marcelo Jenkins comparten esta visión, dado que sería un paso decidido hacia la transparencia y la eficiencia en el uso de los recursos públicos, postulados fundamentales del Partido Acción Ciudadana.
La autora es escritora.