El despojo del litoral norte de la península de Nicoya comenzó con el primer censo, el de 1864. El director técnico fue Fernando Estreber, quien se acogió a una expresión del gobernador de Guanacaste: “Porque la remisión de Guanacaste y otras partes del litoral del Pacífico absorbe de tres a cinco días”. Y esta lejanía fue suficiente para que el censo pusiera a depender los distritos de Cóbano y Paquera de la “comarca” de Puntarenas, la cual tenía apenas 4.836 habitantes.
Posteriormente, mediante decretos ejecutivos de 1909, 1913 y 1915, se confirmó la referida dependencia de estos distritos. Aunque parezca extraño, la supervisión del censo se puso a cargo del “capitán de puerto”, Federico Fernández. En ese entonces, 1864, Guanacaste tenía 10.431 habitantes, la citada comarca 4.836 y todo el país 120.499 habitantes.
Como decíamos, sirvió de base la “remisión” o lejanía de “tres a cinco días” para que el director técnico del censo no tuviera que desplazarse a los citados distritos y permaneciera en la aludida comarca. Para mayor información consúltese el estudio-jurídico El Partido de Nicoya y su integración a Costa Rica, de Julio César Jaén Contreras, Editorial Universidad de Costa Rica, año 2000.
Cuando veo el nombre de Nicoya, recuerdo muchas cosas; entre ellas, cuando el primer gobernador de Costa Rica, Pedrarias Dávila, le cortó la cabeza al descubridor del océano Pacífico, Vasco Núñez de Balboa.
Asimismo, recuerdo la importancia del precitado cantón, donde se construían embarcaciones talando gigantescos árboles de pochote. Posteriormente, estas construcciones de Nicoya se trasladaron al Perú. Y quién no recuerda la Anexión de 1824, celebrada en julio pasado y el elogioso discurso del presidente de la República.
Espero que mis apreciados compatriotas guanacastecos logren la anexión del territorio perdido y que todo el golfo lo exploten los pescadores pobres de la zona. No bastan las bellas palabras “de la patria por nuestra voluntad”; Guanacaste necesita una Nicoya integrada.
El autor es abogado.