La licencia de paternidad puede motivar a las parejas jóvenes a incluir en su proyecto de vida el tener hijos
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Por Silvia Gagneten Barbetta
Según la Unicef, los bebés recién nacidos duermen entre 10 y 16 horas diarias. Algunos, más. Las licencias de paternidad son un aliciente para palpar esa realidad, darse cuenta de que su hijo duerme plácidamente cuando se siente protegido, querido, cómodo, limpio, sin hambre ni cólicos, y que esto significará, para el padre, noches en vela, porque durante los primeros meses de nacidos los niños no diferencian el día de la noche.
Una paternidad activa y responsable compartida con la pareja brinda la oportunidad de criar hijos saludables y estimulados para el aprendizaje temprano.
Un estudio realizado por el King’s College de Londres analizó la participación de los padres en la crianza de los niños durante los primeros dos años de vida. Los resultados demostraron que estar cerca de sus papás, sentir sus muestras de cariño y de su instinto protector estimula su autoestima, ayuda a equilibrar sus emociones, mejora sus habilidades sociales a medida que crecen, aprenden más rápido y tienen un mejor desempeño cognitivo.
Involucrar a los hombres durante el parto y el puerperio (cuando la mujer vuelve al estado anterior al embarazo) fortalece el vínculo paterno con el bebé, contribuye a una mejor distribución de roles dentro del hogar y aumenta la equidad de género.
Participar activamente en las compras y labores del hogar, cambio de pañales, bañar o entretener al bebé y cuidar a los hijos mayores representa un apoyo físico y emocional para la madre, le posibilitará ratos de descanso para recuperarse del parto y para encarar la lactancia con actitud positiva para que el niño reciba, dentro de lo posible, la mejor alimentación en los seis primeros meses de vida.
Por otra parte, madre y padre estarán presentes en los primeros controles de salud del bebé y escucharán juntos las recomendaciones médicas.
Las licencias de paternidad son objeto de cuestionamientos desde la propuesta inicial, en especial del empresariado, debido a los altos costos para la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y los empleadores, quienes ya pagan impuestos y elevadas contribuciones a la seguridad social.
Sin embargo, es un hecho que el envejecimiento de la población exige medidas, y las licencias de paternidad pueden motivar a las parejas jóvenes a incluir en su proyecto de vida el tener hijos. Algunos incentivos laborales pueden impulsarlos a enfrentar juntos la magnífica oportunidad de convertirse en padres.
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