Hace unas semanas el presidente Barack Obama nos invito a Óscar y a mí a una cena por el 50 aniversario de la creación de la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos de América. Muchos pensaron que, en vista de los esfuerzos del presidente para mejorar las relaciones entre ambos países, el general Raúl Castro aprobaría el pasaporte para que Óscar pudiera viajar. Pero no fue así.
Mi esposo, Óscar Elías Biscet, es un preso de conciencia por Amnistía Internacional, seguidor de las doctrinas de Mahatma Ghandi y de Martin Luther King, y un médico de profesión a quien el régimen prohíbe practicar la medicina. En el año 2007, el presidente George W. Bush le otorgó la Medalla Presidencial de la Libertad, la cual no pudo recibir porque se encontraba cumpliendo una condena de 25 años por su defensa de los derechos humanos.
A mí me han permitido viajar y, por eso, he podido asistir a la cena en Washington, donde el presidente Obama y el secretario de Estado, John Kerry, lamentaron la ausencia de Óscar en el evento, al igual que otras personalidades que también recibieron la Medalla de la Libertad.
Algunos se sorprenden de que Raúl Castro no dejara salir a Óscar, pues creen que los cubanos tienen el mismo derecho a viajar que disfrutan, sin cortapisas, millones de personas en el mundo. En realidad, hay muchas confusiones sobre la Cuba de hoy.
Por ejemplo, los presos políticos que en el 2010 fueron excarcelados por gestiones de la Iglesia católica cubana tuvieron que aceptar, como condición para poder salir de la cárcel, el exilio definitivo en España, que contemplaba muchos casos de familias que viajaron con niños. Sin embargo, hasta hoy, el régimen cubano no ha permitido que regresen a la Isla, lo cual es una violación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Mi esposo, Óscar Elías Biscet, está muy agradecido con el presidente, el pueblo norteamericano y todos los que en Europa y Latinoamérica apoyan las ansias de libertad del pueblo cubano. Óscar habría querido hablarle personalmente al presidente Obama sobre la tragedia que están sufriendo los cubanos:
La represión ha aumentado a un nivel sin igual desde los años sesenta. En lo que va del 2013 han ocurrido cientos de detenciones arbitrarias, golpizas y abusos a los opositores pacíficos.
El general Raúl Castro no permite que las organizaciones internacionales, como Amnistía Internacional y el Comité Internacional de la Cruz Roja, visiten las prisiones cubanas.
Las promesas de Raúl Castro les recuerda a los cubanos las promesas incumplidas de su hermano, Fidel. El general dijo, hace ya varios años, que todos los cubanos podrían tomar un vaso de leche, algo que todavía seguimos esperando.
La ayuda humanitaria que envió a la Isla la comunidad internacional –tras el azote del huracán Sandy en 2010– no fue distribuida a los damnificados. En su lugar, la entregaron a las fuerzas armadas y a las tiendas recaudadoras de divisas, a precios fuera del alcance de la mayoría de los cubanos.
A pesar de las buenas intenciones del presidente Barak Obamna para mejorar las relaciones con Cuba, el régimen tiene un rehén norteamericano, Alan Gross, condenado a 15 años de cárcel por obsequiarle una computadora portátil y un teléfono celular a judíos cubanos, algo que no es un crimen en el mundo civilizado.
Muchos pensaron que, con la llegada de Raúl Castro al poder, llegaría a su fin el apoyo del régimen al terrorismo internacional, y a los regímenes terroristas antinorteamericanos en el mundo. Pero, este verano, Panamá interceptó un barco norcoreano en el que, debajo de toneladas de azúcar cubano, La Habana enviaba dos aviones de guerra, cohetes, sistemas de computación para los cohetes y otras armas, en clara violación de la prohibición de Naciones Unidas sobre el envío de armas a la tiranía de Corea del Norte.
En el momento en que escribo esta nota, el régimen cubano conduce el ejercicio militar “Bastion 2013” para defender a la Isla de una invasión norteamericana que nunca llegará.
Ahora que nos acercamos a las Navidades, oremos a Dios para que los recursos que emplea el Gobierno cubano para sus fuerzas militares y la represión sean utilizados para disminuir la miseria y el hambre del pueblo cubano.
Oremos también para que, al fin, la libertad llegue a Cuba.
Elsa Morejón, esposa de Óscar Elías Biscet, es una enfermera profesional y activista de derechos humanos, a quien el régimen cubano le prohíbe ejercer su profesión.