Costa Rica participó, por primera vez, en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA, por sus siglas en inglés). El objetivo de PISA es evaluar hasta qué punto los alumnos cercanos al final de la educación obligatoria han adquirido algunos de los conocimientos y habilidades necesarios para la participación plena en la sociedad del saber.
Las pruebas de PISA examinan el rendimiento de alumnos de 15 años en lectura, matemáticas y ciencias. Los resultados de la evaluación, realizada en el 2009, se publicaron el 16 de diciembre de 2011. En esta ocasión participaron 74 países o economías.
En lectura: pasamos. Los estudiantes de Costa Rica en lectura obtuvieron un puntaje promedio de 443 puntos. Calificación por debajo del promedio de la OECD (493), pero que alcanza para obtener el segundo lugar entre los países que participan en PISA por Latinoamérica. Así, según PISA, con este resultado poco más de dos tercios de los estudiantes en Costa Rica tienen un nivel de competencia en lectura que se encuentra en o por encima del nivel de referencia necesarios para participar de forma eficaz y productiva en la vida.
En ciencias: pasamos raspando. En ciencias, los estudiantes costarricenses obtuvieron un puntaje de 430. Este puntaje es menor a la puntuación promedio, 501, de la OECD. Asimismo, el resultado para Costa Rica es igual al de Bulgaria, Uruguay, Emiratos Árabes Unidos, Tailandia, Rumania y Venezuela (Miranda). Por tanto, en Costa Rica, según la OECD, el 61% de los estudiantes son expertos en ciencias al menos en el nivel básico, en el que comienzan a demostrar las competencias en ciencias que les permite participar activamente en situaciones de la vida relacionados con la ciencia y la tecnología.
En matemáticas: quedados. Los estudiantes costarricenses obtuvieron una calificación de 409 en matemáticas. Este puntaje está por debajo del promedio de todos los países de la OCDE. Así, el 43% de los estudiantes tienen conocimientos en matemáticas al menos al nivel básico en el que comienzan a demostrar el tipo de habilidades que les permitan utilizar matemáticas en aspectos considerados fundamentales para su desarrollo futuro.
No obstante, cuando se profundiza en el desempeño por niveles de dificultad de las preguntas (donde el nivel 1 es el más fácil o básico y el nivel 6 es el más difícil), el panorama es preocupante (si no alarmante si se corrige por deserción): el 23,6% de los estudiantes está por debajo del nivel 1 (nivel básico) (lugar 51 de 74), el 33,1% de los estudiantes esta en el nivel 1 (lugar 72 de 74), el 27,8% de los estudiantes esta en el nivel 2 (lugar 70 de 74), el 12,2% esta en el nivel 3 (lugar 56 de 74), el 3% alcanza el nivel 4 (lugar 61 de 74), tres entre mil estudiantes logró el nivel 5 (lugar 66 de 74) y ningún estudiante logró alcanzar el nivel 6 (el más alto) (lugar 74 de 74).
Costa Rica, en general, esta por debajo de Shangái-China (el primer lugar con 600), por debajo del promedio de la OECD (496) y superado por Uruguay, Chile, México y Trinidad y Tobago en Latinoamérica y el Caribe. El desempeño de los países de Europa del Este es mejor que el de Costa Rica.
Las diferencias socioeconómicas importan. Un examen sobre los determinantes de esos resultados reflejará, sin lugar a dudas, que las diferencias socioeconómicas entre los estudiantes son determinantes cruciales en el desempeño en la educación. A partir de las diferencias socioeconómicas y los resultados de PISA, no es complejo profundizar en por qué sólo el 74,6% de los jóvenes entre 16 y 17 años aprobaron el examen de bachillerato de matemáticas en el 2011, la materia con promoción más baja (sin corregir por deserción y programas alternativos). Si bien es cierto que es insostenible endosar al Ministerio de Educación Pública la responsabilidad total de los resultados de PISA, esos resultados sugieren que las raíces de la educación nacional son poco profundas como para nutrir un crecimiento económico (elevado y sostenido) basado en la acumulación de conocimiento.