La Nación publicó el 24 de enero del 2013 una entrevista sobre la autorización de sembrar maíz transgénico , realizada al Ing. Alex May, director de la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNB), en donde dicho funcionario afirma: “Esta situación pone en escenario el asunto de los maíces criollos. He investigado y no se sabe dónde están, cómo y qué variedades”.
En virtud de la polémica surgida desde hace varios días sobre la conveniencia nacional de autorizar la siembra de ensayos con maíces genéticamente modificados (GM), me permito exponer la siguiente información y consideraciones.
1) Trabajos de conservación y uso de maíz criollo en Costa Rica. En las décadas de 1970 y 1980, el Consejo Nacional de Producción (CNP), el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la Universidad de Costa Rica (UCR) realizaron esfuerzos para identificar agricultores y parcelas dedicados a la siembra de variedades locales (criollas) de maíz, principalmente en zonas altitudinales bajas e intermedias. Asimismo, se recolectaron y conservaron algunos de estos materiales genéticos, utilizándose posteriormente para trabajos de mejora genética.
Algunos caracteres agronómicamente deseables como buena cobertura de la mazorca y resistencia a la pudrición fueron utilizados en la elaboración de variedades comerciales. A partir de 1989, la Escuela de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional (UNA), con el auspicio de la Comisión Nacional de Recursos Fitogenéticos de Costa Rica (Conarefi), y el International Board for Plant Genetic Resources (IBPGR), llevó a cabo el proyecto denominado “Recolección de germoplasma de maíz en Costa Rica, con énfasis en zonas de altura”.
En este trabajo, el cual tuve la oportunidad de coordinar, se recolectaron cuarenta y nueve materiales procedentes de las regiones Central, Chorotega y Brunca de nuestro país. Para cada una de las muestras o accesiones recolectadas se registró una boleta con los datos de pasaporte, la cual presenta información pormenorizada sobre algunas características agronómicas y fenológicas de la variedad, así como del agricultor donante de la muestra, coordenadas geográficas y altitud del sitio de recolección, referencias sobre el paisaje agroecológico y manejo agronómico de la variedad, usos del maíz, etc.
Existe un informe completo de este trabajo en diversas oficinas públicas del país, y en la Biblioteca Especializada de la Facultad de Ciencias de la Tierra y el Mar, de la Universidad Nacional. En el IX Congreso Agronómico Nacional y de Recursos Naturales celebrado en 1993 (Vol. II (1): 76) también se presentaron los resultados de este proyecto.
2) Estado de conservación de las semillas recolectadas. En el proyecto referido con anterioridad, las muestras de cada accesión fueron divididas en mitades, una de las cuales permaneció en nuestro país, y la otra fue enviada al Banco de Germoplasma del Centro Internacional para el Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) en México.
Es lamentable el hecho de que prácticamente la totalidad de las semillas que quedaron en el país se perdió, debido a una combinación de factores tales como deficiencias de infraestructura y tecnología en las cámaras en que fueron almacenadas, un muy limitado apoyo financiero, y problemas de campo que se presentaron en parcelas de multiplicación de semillas establecidas por el MAG.
Algunas de estas cuestiones son tratadas en el Segundo Informe Nacional sobre el Estado de los Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y Alimentación, 2008 , elaborado por el MAG, la Oficina Nacional de Semillas (ONS), Conarefi, y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
3. Salvaguardar maíz sin contaminación de transgenes. Por ser Costa Rica parte del centro de origen y diversidad del maíz, es perentorio salvaguardar la integridad de los maíces criollos que aún permanecen en manos de los agricultores. Organismos internacionales tales como el Consejo de Ciencias del Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (CGIAR por sus siglas en inglés) han mostrado su preocupación por enfrentar los problemas técnicos derivados de la presencia de transgenes en las colecciones de germoplasma ex situ de maíz.
4) ¿Qué se puede hacer en Costa Rica? Hay diversas acciones que se pueden realizar para conservar y utilizar racionalmente los maíces criollos:
a) Tomar decisiones políticas que no permitan la siembra de materiales transgénicos, hasta tanto se garantice técnicamente la ausencia de riesgos de contaminación genética por parte de los maíces GM.
b) Actualizar el estado del conocimiento sobre las existencias de variedades criollas de maíz en el territorio nacional, tomando como referencia trabajos previos y considerando la dinámica de los procesos agrícolas.
c) Repatriar y multiplicar a nivel local las muestras de maíz costarricense conservadas en bancos internacionales de germoplasma.
d) Fortalecer los esfuerzos institucionales para conservar y utilizar en programas de fitomejoramiento participativo, las variedades locales de maíz. En este sentido ya se está llevando a cabo el Programa Colaborativo de Fitomejoramiento Participativo en Mesoamérica.
Todo lo anterior obedece a principios de simple racionalidad, considerando las ganancias adaptativas milenarias de los materiales genéticos criollos, así como también la experiencia acumulada a lo largo de muchos siglos por nuestros agricultores.