En Estados Unidos y Europa, la noticia más relevante relacionada con la nueva variante de la covid-19, ómicron, son las elevadas tasas de infección y hospitalización de menores de entre 5 y 14 años.
El comportamiento de la enfermedad debe preocuparnos, pues el regreso a clases presenciales está previsto para el 17 de febrero, y el país no cuenta con suficientes vacunas para la población menor de 11 años.
La combinación de los tres factores —mayor tasa de contagio, regreso de todos los estudiantes a las aulas y carencia de un campaña de vacunación dirigida a la población estudiantil— podría significar, como en Estados Unidos y Europa, que en pocas semanas una gran cantidad de niños infectados requieran servicios de hospitalización.
En contraste, Panamá comenzó una masiva campaña de inoculación con el propósito de proteger al mayor número de escolares antes del comienzo del curso lectivo, el 7 de marzo.
Aquí, si bien se ha avanzado contratando con la empresa Pfizer, se desconoce el cronograma de entregas.
La reanudación de las clases presenciales es una excelente noticia por múltiples razones: para superar el rezago educativo sufrido, sobre todo, por quienes necesitan la educación pública, por el efecto en lo social y emocional en los menores, porque los centros educativos son relevantes para la protección de los niños en situación vulnerable y por el acceso a los comedores escolares, mejor alternativa que la entrega de paquetes. Colocando en una balanza el riesgo de contagio, una infraestructura que dificulta el distanciamiento y las ventajas del retorno presencial, parece que no es el momento. Es mejor posponer el retorno a las aulas mientras avanza la vacunación.
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Anthony Fauci, una de las más altas autoridades médicas en Estados Unidos, señala que como no hay prueba suficiente que indique que la población de niños hospitalizados requiera una menor atención en comparación con otras variantes del virus, una apreciación para considerar los recursos que podrían ser necesarios.
Tengo la esperanza de que el 2022 sea el principio del fin de la covid-19 o, por lo menos, el paso de pandemia a endemia, pero tomemos decisiones con vistas a reducir el riesgo para la salud de nuestros menores de edad.
La autora es politóloga.
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Tomemos decisiones con vistas a reducir el riesgo para la salud de nuestros menores de edad. (Cesar Poveda/© UNICEF/UN0517742/Poveda)