El presidente de Estados Unidos contempló bombardear México y lo discutió con el secretario de Defensa Mark Esper. Cuando le explicaron las implicaciones, Donald Trump sugirió la posibilidad de utilizar misiles Patriot y después negarlo. Nadie podría probar el involucramiento estadounidense, afirmó.
La anécdota es demasiado absurda para creerla siquiera un instante… si no fuera porque la relata Mark Esper en su libro de reciente publicación A Sacred Oath (Un juramento sagrado). El propósito del mandatario era destruir los carteles de la droga del país vecino como si fuera posible hacerlo por esos medios, “sin que nadie” se diera “cuenta”.
Las autoridades mexicanas no tienen control sobre su propio territorio, argumentó Trump para justificar el subrepticio bombardeo. Esa podría ser una buena excusa para atacar a Nueva York, en cuyas calles se trafica buena parte de la droga proveniente de México, y ni que decir de Colombia, Ecuador y Perú, donde crece la coca. Entrados en gastos, sería una grosera discriminación eximir de los bombardeos al sureste asiático, y mejor no extender el inventario porque China, donde la delincuencia fabrica drogas sintéticas, tendría capacidad de responder con sus propios misiles, claro está, si se diera cuenta del origen del bombardeo.
Para ser justo con el expresidente, nunca pretendió reservar el uso del aparato militar para los extranjeros. También preguntó a Esper sobre la posibilidad de disparar a las piernas de los manifestantes contra la desigualdad racial y los excesos policiales. El secretario de Defensa expresó preocupación, además, por el posible empleo de militares para apropiarse de urnas electorales en el marco de las falsas denuncias de fraude. Esta semana Esper expresó acuerdo con un entrevistador cuando calificó a Trump de peligro para la democracia. No es el único miembro del gabinete del exmandatario que se ha referido en esos términos o en otros muy similares. Desde el exsecretario de Estado Rex Tillerson hasta el exconsejero de seguridad nacional John Bolton advierten de la amenaza. Este último lo describió sin rodeos como “un peligro para la República”.
Ninguna de esas advertencias alcanza para erradicar el liderazgo de Trump en el Partido Republicano, impedir la elección de candidatos de su preferencia o descartar su reelección en el 2024. El verdadero peligro para la democracia parece estar en otra parte. Ojalá lo identifiquemos a tiempo.
agonzalez@nacion.com
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El exsecretario de Defensa Mark Esper relata en un libro que Donald Trump sugirió bombardear México utilizando misiles Patriot y después negarlo. En la foto, Esper habla después de prestar juramento mientras Trump observa en la Oficina Oval el 23 de julio del 2019. (NICHOLAS KAMM/AFP)