Esta semana asistí al debate organizado por Uccaep. Fue una excelente oportunidad para escuchar lo que piensan los cinco candidatos presidenciales que lideran las encuestas sobre los temas que más preocupan a los empresarios: competitividad, déficit fiscal, reforma tributaria, control del gasto y reforma del Estado.
Johnny Araya fue el primero en contestar, por orden alfabético. En términos generales, se puede decir que sus planteamientos estuvieron acordes con lo que los empresarios quieren escuchar, aunque en algunos puntos se separó de esa línea, como en el caso de energía. Si bien Araya favorece una mayor participación de generadores privados, se muestra más a favor de fortalecer el ICE como medida para bajar los costos de la electricidad. Fiel a su estrategia de campaña, “se vendió” a sí mismo como la opción de centro, la más inocua. Tal vez, por eso, a veces suena como que es más de lo mismo.
Guevara, junto con Rodolfo Piza, presentaron los planteamientos más cercanos a la posición empresarial. Guevara, con su buen verbo y gran elocuencia, se presentó como un agente de cambio. Criticó fuertemente a Araya y los gobiernos del PLN de los últimos ocho años. Propuso una mayor participación privada en la generación eléctrica, la introducción de competencia a Recope y la venta de Fanal.
Piza, con un tono muy serio, también fue muy crítico de Araya. Hasta lo retó a ver quién había construido más metros cuadrados, si el alcalde en 22 años, o él durante sus cuatro años frente a la Caja. En ese sentido, Piza se presentó como un pragmático, experimentado en la función pública. Sacó a relucir, además de su gestión en la Caja, su labor como magistrado suplente en la Sala IV y miembro del Grupo de Notables.
Luis Guillermo Solís fue quien mostró mayores diferencias con el sector empresarial. Al menos, se atrevió a decirlas de frente. Solís abogó por un Estado más grande y fuerte, con una menor participación privada en temas como energía e infraestructura.
Finalmente, Jose María Villalta se presentó con un discurso conciliador. Estaba como gallina en baile de zorros, por lo que fue muy cauto en sus respuestas. No quiso mostrar su faceta confrontativa contra el sector empresarial, como si lo ha hecho reiteradamente con sus actuaciones como diputado. Sin embargo, si dejó claro que quiere un Estado más grande y mucho más participativo en la economía.
En resumen, Araya quedó debiendo. Por querer ubicarse al centro, da la impresión de que quiere dejar todo como está, pese a la disconformidad de la gente con lo que está sucediendo. Solís y Villalta claramente tienen el discurso menos a favor del sector empresarial, aunque Villalta quiso disimularlo. Guevara y Piza son los que salieron más fortalecidos en este debate ante empresarios sobre temas que interesan a ese grupo.