EscucharEn tiempos de incertidumbre, como los actuales, es casi tan importante lo que se dice como lo que se hace.
Hace unas dos semanas, el gobierno de Carlos Alvarado adelantó que anunciaría el levantamiento de algunas restricciones sanitarias.
Eso avivó las esperanzas de algunos porque pensaron que iban a retomar poco a poco a sus actividades. El anuncio decepcionó, pues los negocios autorizados fueron pocos y de relativa poca importancia económica.
Luego, se informó de que el presidente anunciaría las medidas tendientes a la reactivación de la economía durante su discurso ante el Plenario de la Asamblea, el lunes 4 de mayo.
El discurso quedó debiendo, pues las medidas económicas brillaron por su ausencia. El presidente le pasó la estafeta a su Consejo Económico, cuyos miembros serían los encargados de presentarlas esta semana.
Finalmente, ayer viernes, fueron dadas a conocer. Se puede decir que las medidas van en la dirección correcta: provisión de liquidez para deudores, reducción de trámites, mejora regulatoria, inversión pública, reforma del INA, flexibilización de jornadas laborales, apoyo a mipymes en cadenas de valor de exportaciones y otras. Mucho con el norte de que las empresas puedan operar de una mejor manera y con menos costos.
Pero, de nuevo, el anuncio queda en deuda. Las medidas son generales, con pocos detalles de cómo se ejecutarán. De lo anunciado, solo se firmaron dos decretos y el resto quedó para después. No se nota prisa en el gobierno ni un “campeón” para darle seguimiento decidido a todo lo que hay que hacer.
A mi parecer, son pocas las acciones anunciadas. No hay ninguna, por ejemplo, que impacte favorablemente en lo inmediato el bolsillo de las personas ni los costos de las empresas.
Según se dijo, la administración impulsará la siembra de cáñamo y el turismo, pero deja por fuera la formación de otros clústeres, especialmente en zonas rurales. Tampoco se mencionaron reformas de Estado que mejoren el uso de los recursos públicos.
También, quedó por fuera cómo será el proceso de apertura gradual de actividades. Tal vez, el punto más esperado. Se patea la bola para que sea el ministro de Salud quien haga el anuncio el lunes.
Lo que nos dice el gobierno es que lo económico es muy secundario con respecto a la salud. Es un mensaje desalentador para quienes están sufriendo hoy grandes penurias económicas.
El autor es economista.
