El envejecimiento es un proceso progresivo e irreversible, relacionado con el funcionamiento interno de nuestro organismo, así como con el hogar y la comunidad donde habitamos.
Podemos incidir positivamente en la forma de envejecer mediante un buen autocuidado, pero no podemos modificar la edad. Por más que insistamos en ocultarla, es imposible revertir los años vividos.
Envejecer bien se transforma en un arte construido por cada uno de nosotros con buenos hábitos de vida e higiene, actitudes sanas y responsables de las actividades diarias.
Para ilustrar mejor este concepto, explico algunas situaciones de riesgo que pueden afrontar las personas mayores y prevenirlas.
Preparación. La actividad física es vital para mantener una adecuada capacidad para caminar, aspecto fundamental para mantener la independencia y una buena calidad de vida. Estas capacidades contribuyen a nuestra autonomía y estimulan nuestra capacidad de juicio y toma de decisiones para elegir lo que deseamos.
Debe cuidarse la audición y la vista, por lo cual debemos evitar exceso de ruidos y sonidos de alta intensidad que dañan nuestros oídos, sobre todo, en los años tempranos.
La visión debemos protegerla acudiendo a revisiones periódicas e intervenciones quirúrgicas cuando se presenten las cataratas en los ojos.
Tratar de mantener la memoria intacta sin duda es uno de los bienes más preciados. Por ello, debemos hacer diariamente ejercicios de cálculo, manejo de presupuesto, comprensión de lectura, escritura, recitar, contar cuentos y memorizar cosas cotidianas. Además, una activa participación social y realización de actividades físicas nos permitirá mantener un buen estado emocional y la alegría.
La incontinencia urinaria es una de las afecciones más aislantes socialmente para las personas mayores, por eso debemos adelantarnos con una consulta médica preventiva e identificar si la produce una infección o el rebasamiento de la vejiga. Si así fuere, lo recomendable es hacer ejercicios del piso pélvico para evitarlas o corregirlas médica o quirúrgicamente según la respuesta.
Accidentes. Las caídas son de los accidentes más frecuentes y se presentan por condiciones médicas y también por la existencia de múltiples barreras arquitectónicas en el domicilio y en nuestras comunidades, donde abundan por la falta de previsión al planificarlas.
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Las caídas muchas veces producen como consecuencia fracturas óseas, las cuales deben ser corregidas con intervenciones médicas. Estos accidentes dejan secuelas como la pérdida de confianza y la independencia.
El proceso de envejecer no es una enfermedad; es, simplemente, una parte del curso de la vida, y para envejecer bien debe superarse el paradigma del “viejismo” (es decir, que todo se le atribuye a la edad), con propuestas de un modelo positivo, optimista, con calidad de vida, exitoso, con pleno disfrute de la vida cotidiana y del diario vivir alternando con personas cercanas, amigos y familiares de una manera propositiva, apoyándose unos a otros y construyendo modelos reproducibles para beneficio e inspiración de todas las generaciones.
En esta época, debe hacerse un esfuerzo para evitar la soledad o el abandono de los adultos mayores y procurar acercar las distancias, que muchas veces nos separan para convertirlas en un afecto cercano, lleno de acompañamiento humano.
Los mejores deseos para que en el próximo año se cristalicen todos los genuinos propósitos que nos lleven a alcanzar una óptima calidad de vida.
El autor es director general del Hospital Nacional de Geriatría y Gerontología.