Según la Unión Médica, las renuncias de especialistas a la Caja Costarricense de Seguro Social se aceleraron en casi un 60 % en el 2023 y en el 2024 hay muchas más en ciernes, porque más de cien profesionales tienen permiso sin goce de salario, total o parcial, mientras prueban suerte en la medicina privada. Según el sindicato, la mitad de ellos no regresará a la institución.
Janice Sandí Morales, vicepresidenta de la Unión Médica Nacional, identifica la raíz del problema cuando afirma que la CCSS también “es una institución en competencia”, pero no lo ve. La institución no pugna por colocar bienes y servicios en el mercado, como sí lo hace el Instituto Nacional de Seguros, para citar un ejemplo, pero sí compite con la medicina privada por la contratación y retención de los especialistas.
Planteado así, el problema es de mercado y la escasa oferta obedece a políticas erradas de larga data. La formación de especialistas no se debe guiar por las necesidades de la CCSS, sino las del mercado. El país necesita tantos como hagan falta para llenar con holgura las plazas disponibles en la seguridad social y en la medicina privada.
Cuando eso se logre, el mercado laboral indicará la escala salarial y los beneficios apropiados. Mientras tanto, la escasez de profesionales distorsiona el mercado y condena a la CCSS a competir con desventaja para sus finanzas. El efecto es un encarecimiento de los servicios médicos públicos y privados en detrimento de la población.
La fuga de especialistas es la mejor prueba del déficit existente. Si la Caja tirara la casa por la ventana para retenerlos, sus finanzas se verían afectadas y los hospitales privados sufrirían la carestía. Los prejuicios ideológicos hacen olvidar el papel de la medicina privada en el descongestionamiento de los atiborrados servicios de la seguridad social, pero una política pública responsable debe tenerlo siempre presente.
No obstante, está ocurriendo lo contrario y es la seguridad social la víctima de la escasez de especialistas. Esa es razón de más para impulsar la formación de nuevos profesionales. La CCSS no debe quedar atrapada en una puja constante por un número excesivamente limitado de especialistas.
Pero la retención no solo depende de salarios y beneficios. Según Sandí, entre los médicos crece la frustración por el deterioro de la infraestructura y el equipamiento, además de la falta de personal calificado. Su afirmación encuentra asidero en un dato sorprendente: en el 2023 hubo 40 renuncias y 21 de ellas se dieron en el hospital Max Peralta, sumido, según la Unión Médica, en un “colapso funcional”.
Hay preocupación por los especialistas en los hospitales Nacional de Niños, San Juan de Dios y Calderón Guardia, entre otros, pero que más de la mitad de las renuncias sucedieran en uno de los centros médicos con mayores limitaciones y menos claridad sobre el mejoramiento futuro acredita el peso de esos factores.
Alejandro Sáenz, el único neurocirujano que queda en el Max Peralta, lleva a flor de piel las dificultades de ser el único en su especialidad para toda la provincia, sobre todo porque los recursos son cada vez más escasos. Solo tiene quirófano dos días a la semana y diagnostica uno o dos tumores cada siete días, los cuales no pueden esperar.
“¿Cómo puedo con todo esto? La única explicación es que a mí me gusta lo que hago. Todavía tengo ganas de venir a trabajar y operar es para mí como una catarsis. Pero lo que sí me pone hasta de mal genio es la parte administrativa”, afirmó. No todos sus colegas actúan así y es difícil reprochárselo.
La crisis se veía venir desde hacía años y ya se había manifestado con agudeza en algunas ramas, pero las iniciativas para enfrentarla rara vez producen resultados concretos. La Comisión de Alto Nivel y la Mesa de Trabajo Técnica Interinstitucional, integradas a inicios del año pasado, no han funcionado, al punto que el Ministerio de Salud no ha dicho cuántos especialistas necesita el país, afirma la Unión Médica. Por su parte, las autoridades prevén invertir todo el 2024 en el análisis de los asuntos relacionados con la fuga de especialistas. Seguimos esperando.