Apostamos por Costa Rica
Extranjeros preocupados por el país
Hace dos años, mi esposo y yo, con parte de nuestra familia, decidimos trasladarnos a vivir e invertir en este país. Nos hemos sentido bien acogidos por su gente, sin duda, amables y solidarios. Hemos visitado hermosos lugares y nuestros cinco nietos estudian y se relacionan estupendamente con las otras personas.
Estamos convencidos de que Costa Rica, si realmente se lo propusiera, podría ser “la Suiza de Centroamérica”, algo que he escuchado desde hace muchos años, pero que, lamentablemente, y a pesar de tantas cosas buenas, dista de ser una realidad. Con motivo de las próximas elecciones, en La Nación han aparecido aportes de personas verdaderamente con gran criterio, no solo haciendo críticas, sino planteando soluciones a los variados problemas nacionales. Los políticos deberían leer cuidadosamente esos artículos y, de ser posible, contratar a quienes los escribieron como asesores del próximo Gobierno (Federico Villalobos, Miguel Sobrado, Luis Mesalles y Julio Rodríguez, cuya columna En vela echo tanto de menos…). Eso sí, sin egoísmos ni partidismos. ¿Será posible?
Haydée Briceño Vivas
San José
Valores ausentes
Observé que en uno de los muros de Cirugía 3 de mujeres, en el San Juan de Dios, estaban expuestas la visión y misión del equipo de trabajo de ese centro de salud. También había una lista de valores que ese personal debería poner en práctica: paciencia, solidaridad y amabilidad, entre otros. Hoy mi tía reposa en la casa del Señor tras una enfermedad e internamiento que, sabíamos, traería exceso de trabajo e incomodidades a doctores, enfermeros, asistentes, etc. Pero ¿son necesarios los malos gestos y las respuestas cortantes de quienes (por obvias razones) desean saber del estado de un familiar? Los familiares de los pacientes siempre nos dirigimos al personal con respeto y discreción para no interrumpir su labor. Lástima que no recibimos el mismo trato por parte de algunos empleados del hospital.
Ligia Cordero Araya
San José