El nuevo filme de Baz Luhrmann es una locura en el mejor sentido de la palabra: se trata de una montaña rusa de música, colores e hiperbólicas actuaciones que va tras las pistas de la relación entre Elvis Presley y su mánager Tom Parker
El nuevo filme de Baz Luhrmann es una locura en el mejor sentido de la palabra: se trata de una montaña rusa de música, colores e hiperbólicas actuaciones que va tras las pistas de la relación entre Elvis Presley y su mánager Tom Parker