Mientras que algunos animales reconocen a otros individuos por su olfato o vocalización, los seres humanos han evolucionado para que la morfología de su rostro los vuelva únicos y fácilmente reconocibles.
Mientras que algunos animales reconocen a otros individuos por su olfato o vocalización, los seres humanos han evolucionado para que la morfología de su rostro los vuelva únicos y fácilmente reconocibles.