Mientras tanto la prensa británica va a la caza del supuesto miembro racista de la familia real. Por su parte, en el Palacio de Buckingham, prevalece un silencio sepulcral
Mientras tanto la prensa británica va a la caza del supuesto miembro racista de la familia real. Por su parte, en el Palacio de Buckingham, prevalece un silencio sepulcral