Tenía alrededor de cinco años cuando me percaté, gracias a mi hermano mayor, que en el cuarto de chunches de su casona en San Juan de los Remedios, Cuba, abuela guardaba una vitrola de mesa. Mejor aún, funcionaba perfectamente.
Tenía alrededor de cinco años cuando me percaté, gracias a mi hermano mayor, que en el cuarto de chunches de su casona en San Juan de los Remedios, Cuba, abuela guardaba una vitrola de mesa. Mejor aún, funcionaba perfectamente.