Unos no lo pensaron dos veces, otros sintieron temor pero igual dieron el paso al frente y se desprendieron de uno de sus órganos con tal de que sus seres queridos sobrevivieran. Hoy viven agradecidos y sin arrepentimientos.
Desde el 2013 han nacido 11 bebés luego de 39 trasplantes de útero de donantes vivas. Sin embargo, esta es la primera vez que se realiza una intervención de este tipo con un órgano de una persona fallecida.
Córneas, riñón, hígado y corazón son los órganos que más se necesitan. Desde ahora los ticos están obligados a decir en el dictamen médico para obtener la licencia de conducir, si autorizan o no la donación en caso de muerte.
Cifra de 37 donantes cadavéricos ya superó los 34 de todo el 2017.
Los hospitales que donarán ese material óseo son, por ahora, el Rafael Ángel Calderón Guardia, México, San Juan de Dios y San Rafael de Alajuela. A esa lista se pueden sumar otros centros hospitalarios públicos con el permiso del Ministerio de Salud.
Según los últimos registros de la Secretaría Ejecutiva Técnica de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, en el Ministerio de Salud, 33 familias accedieron a donar los órganos de sus parientes fallecidos en el 2017; diez más que el año anterior.
La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) duplicó la cantidad de trasplantes en relación con los realizados en el 2013.
César Chaves Alfaro es el coordinador de donación y trasplantes del Hospital San Rafael de Alajuela. Entre sus tareas está procurar órganos y tejidos de personas fallecidas para beneficiar a enfermos cuya vida depende de un trasplante.
La argelina Nawel permitió a su marido poner fin a 16 años de diálisis al donarle un riñón. Pero en su país, como en todo el Magreb —países al norte de África— muchos pacientes mueren por falta de órganos, a menudo debido a tenaces prejuicios que frenan la donación.
Tres historias cargadas de esperanza y buena voluntad protagonizaron la actividad denominada como Día D donación de órganos, en la que la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) no solo honró a quienes han tomado esta valiente decisión, sino que motivó a los costarricenses a convertirse en donadores y regalar vida.