Alejandra Bermúdez se las agencia para atender a diario a 16 niños, entre primero y sexto grados, de la escuela unidocente de Pueblo Nuevo de Cutris, San Carlos.
“Las diferencias respecto a las escuelas urbanas son enormes. El método de enseñanza implica explicar en una misma aula seis temas a la vez. Además, los niños tienden a desconcentrarse cuando trabajo con los de otro nivel”, manifestó Bermúdez.
Los alumnos de escuelas unidocentes reciben un número de horas lectivas signficativamente menor al de las escuelas urbanas, según los cálculos del jefe de Gestión de Calidad Educativa del Ministerio de Educación Pública (MEP), Félix Barrantes.
“Hay una inequidad en la aplicación del plan de estudios: estos alumnos no solo reciben menos horas de las materias fundamentales, sino que tampoco reciben las especiales”, especificó.
Sin embargo, la metodología de las escuelas unidocentes también tiene su ventajas, según el ministro de Educación, Leonardo Garnier. “Lo que me ha sorprendido, hablando con los (maestros) unidocentes, es que se logra una autosuficiencia mayor que en las escuelas grandes, pero la guía del docente es clave”, aseguró.
Según Isabel Román, coordinadora del Estado de la Educación, la dinámica de trabajo en estos planteles promueve la autonomía, el diálogo y el trabajo en colaboración entre los alumnos.
“También hay un fuerte vínculo con las familias y las comunidades, lo cual se pierde mucho en las escuelas grandes y tradicionales”, resaltó Román.
“Una de los grandes aportes de las escuelas unidocentes es el gran avance en el modelo pedagógico, pero en un marco de carencias se reproducen desigualdades”, advirtió la experta.