Este jueves, la campana ubicada en la entrada principal de Las Ruinas de Santiago Apóstol, en Cartago, llamó la atención de transeúntes quienes notaron que la antigua pieza había sido pintada de negro. Un día después, el alcalde cartaginés, Mario Redondo, admitió que “aparentemente fue un error” de uno se los trabajadores que laboraban en el mantenimiento del simbólico espacio.
El jerarca explicó que hay contratos vigentes para arreglar la calzada de Las Ruinas, que presentaba desprendimiento de piedras, así como para colocar iluminación permanente así como para el arreglo de portones. Fue durante estas labores cuando se habría producido la equivocación de pintar la histórica campana, de la cual, se dice, tiene más de 200 años de antigüedad y habría sido usada para convocar a los habitantes de Cartago tras el anuncio de Independencia.
“Me di cuenta hoy temprano y cuando pregunté, me dijeron que ya lo estaban resolviendo y ahora me mandan esta foto de que ya lo habían resuelto. No he podido ir personalmente a ver porque he estado en reuniones pero sí llamé al ingeniero y me dijo que ya lo estaban arreglando y que en apariencia había sido un operario y que ya lo estaban solucionando”, manifestó Redondo a La Nación, la mañana del viernes.
El alcalde insistió en que él tenía conocimiento del arreglo de los portones pero aseguró que “ponerle algo” a la campana no estaba dentro del plan. Según dijo, se dio cuenta del aparente error por una publicación en Facebook, donde se denunciaba el hecho.
Ahora, afirmó, se tomarán medidas contra la empresa que está encargada de los trabajos Según dijo, le pidió a los encargados de Planificación Urbana y al director de Servicios Generales que verificarán y se aseguran de que la campana fuera restablecida a su condición inicial.
Redondo informó de que se habría tratado de pintura “muy superficial”.
“Cuando pedí que la restablecieran, dijeron que tenían mecanismos para hacerlo sin hacerle daño a la campana y me enviaron esa foto”, comentó.
Fue enfático en que lo ocurrido no estaba previsto y que se trató de una “imprudencia” de alguien sin cuidado, hecho que “lamenta”. Por esta razón, exigió que se reparara la situación de inmediato y para cumplir con esa orden ni siquiera la desprendieron del arco.
Actualmente, se tramita en el Congreso un proyecto de ley para declarar la “campana de la libertad” como símbolo patrio. Se trata del expediente 23.337, impulsado por la diputada cartaginesa Paola Nájera.
Otras obras dañadas
En julio pasado, trascendió la destrucción de una obra de 160 años del escultor Fadrique Gutiérrez, que estaba en la sede del Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) de barrio Corazón de Jesús, en Heredia.
El INA la derribó porque, según le notificó la Municipalidad de Heredia, obstaculizaba el paso de los transeúntes.
Sin embargo, la lista de obras destruidas o dañadas es mayor. Otros ejemplos son el mural de Felo García pintado en 1963 en el edificio Crisol, en San José, o el Monumento al agricultor, de Francisco Zúñiga, casi destruido por el vandalismo, tanto que tuvo que ser removido del parque frente al aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela.