Carmen Rosa Bonilla Gómez, de 56 años, vive en Llanos de Santa Lucía, en Paraíso Cartago, junto a una hija de 26 años y dos nietos de 3 años y de 11 meses.
Esta jefa de hogar padece de diabetes tipo 2, hipertensión y una depresión que se agudiza en cada visita al supermercado, donde debe estirar lo poco que gana para comprar los víveres para su familia y pagar servicios básicos.
“La situación es muy complicada, cada día se pone todo más caro y no hay trabajo para personas sin experiencia ni para mayores de 50 años, además uno pasa enfermo”, relata la mujer que se dedica a trabajos de limpieza ocasionales.
Según dijo, el papá de sus nietos les da una “pequeña ayuda” de pañales y leche, porque también tiene dificultades para conseguir trabajo.
“Cuando voy al supermercado he tenido que eliminar cosas de mis compras de comestible porque no me alcanza, además por tan mala situación entro mucho en depresión porque siento temor de pensar que cada día aumentan todo y es más difícil conseguir empleo”, relató la vecina de una de las comunidades más vulnerables de la provincia.
La vivienda también la comparte con otro hijo que trabaja en una jardinería, pero que debe dedicar la mayor parte de su sueldo para sus cuatro hijos.
Pese a sus condiciones, la mujer relató que actualmente no recibe ninguna asistencia social del Estado.
Año y medio desempleada
Maureen Vargas, tiene bachillerato de secundaria y 48 años de edad, sin embargo lleva un año y medio sin conseguir un empleo que le permita mantenerse a ella y a su hija de 17 años.
La vecina de San Nicolás de Cartago relató que las principales trabas que le ponen es porque aunque tiene bachillerato, el título no es suficiente, además de la falta de experiencia y la edad.
Actualmente, ella y su hija subsisten con la pensión que paga el papá de la muchacha, y, aunque gestionaron una beca de estudio ante el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) no se la otorgaron.
“La situación económica tan complicada muchas veces me genera estrés y me preocupa mucho que cada vez se pone complicada la situación económica, ahora por la temporada navideña voy unos días a trabajar a una zapatería“, contó.
De acuerdo con el informe del Estado de la Nación, la inversión social sufrió recortes sistemáticos como parte de la política de reducción del gasto, en ámbitos como salud, educación y asistencia social, lo cual pone aún en una mayor condición de vulnerabilidad a las familias que ya se encuentran en pobreza o pobreza extrema.