Olores “repugnantes” que salen de los colectores cercanos al comedor y a un pabellón de aulas causan náuseas y vómitos a estudiantes y profesores del Colegio San Miguel de Desamparados, San José.
Aparentemente, el problema lo provoca el desbordamiento de las aguas residuales producto del lavado de platos del comedor.
Aunque las congojas comenzaron desde febrero, los afectados aseguran que se incrementaron la semana pasada, lo que obligó incluso a suspender lecciones.
“El jueves y viernes pasado hubo docentes y estudiantes con problemas (náuseas y vómitos)”, confirmó ayer Yorleny Carpio, coordinadora académica de este centro.
También las quejas son constantes por parte de los padres, pues sus hijos les cuentan sobre el malestar que padecen.
Andrea Medina, profesora de Informática, fue una de las afectadas la semana pasada.
“Me sentí muy mal por ese olor”, comentó la docente.
Los profesores consideran que las condiciones inadecuadas del comedor se originan por el derrame de los líquidos sucios.
“Los alumnos llegan al aula con náuseas, dolor de cabeza y empiezan con vómitos. Uno huele y es repugnante”, relató Ana María Piedra, docente de Inglés.
En su criterio el origen de la incomodidad puede estar en que el área de cocina se instaló en un salón construido para lecciones.
Medidas. Ante las crecientes quejas , autoridades de la Dirección de Infraestructura y Equipamiento Educativo del Ministerio de Educación Pública (MEP) prometieron enviar personal para inspeccionar las instalaciones del comedor, este miércoles.
En el Colegio San Miguel de Desamparados estudian cerca de 1.200 jóvenes.
De ellos, 700 cuentan con una beca para ir a almorzar al comedor, indicó Ana María Piedra.
“Conforme usan el comedor se genera el problema, porque la mayoría de estudiantes llegan a la misma hora a comer y deben lavar los platos cuando terminan”, explicó la coordinadora académica.