Casi todos dicen preocuparse por su salud, pero el cuidado de esta no es algo que resulte prioritario para la mayoría de ellos.
La II Encuesta Nacional de Juventudes determinó que el 78% de los jóvenes ticos considera que su salud es importante, pero casi el 60% no se ejercita, contra un 6% que más bien lo hace en exceso.
Para esa investigación, los encuestadores entrevistaron a 2.800 costarricenses de todo el país entre los 15 y los 35 años de edad.
Por ejemplo, el 35,7% de los entrevistados no ha comido frutas y verduras en el último año y el 57,1% reconoce no haber hecho tres sesiones semanales de 20 minutos de ejercicio en los 12 meses anteriores. Eso es menos que lo indicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS): 30 minutos diarios.
Asimismo, el 49% no se ha hecho chequeos de salud en el último año y el 55% reconoce tener más de 12 meses sin ver a un odontólogo.
¿Por qué no lo hacen? Los encuestados sienten muchos de estos servicios distantes. El 89,9% dijo que los horarios de trabajo les impedían ir a un centro de salud y el 91,3% señaló que allí no brindan los servicios requeridos.
“Los servicios de salud no son vistos como cercanos por los jóvenes. Se necesitan centros con horarios adecuados y que realmente apelen a los jóvenes”, aseguró Kenneth Carpio, director ejecutivo del Consejo de la Persona Joven (CPJ), ente encargado de la encuesta.
Prácticas nocivas. Mientras tanto, otras actitudes en los jóvenes más bien perjudican su salud. Ejemplo de ello es que el 10,7% reconoce haber hecho dietas sin asesoramiento de un nutricionista. Esta cifra es mayor que la de quienes sí tienen asesoramiento en su dieta (10,5%).
Además, el 2,6% se ha inducido el vómito después de comer, el 2,8% ha dejado de comer casi por completo en forma permanente y 13,8% ha comido en forma compulsiva.
Por otra parte, el 5,9% se ha ejercitado compulsivamente para ganar masa muscular y 9,6% ha tomado suplementos con ese fin.
“No son la mayoría, pero solo el hecho de que haya jóvenes que admitan vomitar, dejar de comer para no engordar o consumir productos para ganar músculos es preocupante”, afirmó Carpio.
La investigación encontró también que estas prácticas no son asunto de género. Contrario a tendencias vistas años atrás, la anorexia y la bulimia no son mayoritarias entre las mujeres y el deseo de aumentar musculatura tampoco es solo de los hombres.
El 2,6% de los varones admitió inducirse el vómito, exactamente la misma cifra que las mujeres. El 2,4% de los hombres ha dejado de comer, lo que no es muy diferente al 3,2% de las mujeres.
Por su parte, el 9% de las mujeres admitió tomar proteínas o suplementos para aumentar músculo, solo un punto porcentual menos que los hombres, con un 10%.
“Ya la sociedad exige por igual a hombres y a mujeres. Hay quienes prefieren un hombre delgado, mientras que un sector de la sociedad también busca una mujer con musculatura”, comentó la socióloga Laura Cerdas.
Para la nutricionista y entrenadora personal Marisol Benavides, ambas prácticas son nocivas.
“Tanto dejar de comer o provocarse el vómito como buscar mayor musculatura pueden enfermar. Es algo serio que puede causar problemas digestivos y de metabolismo, incluso hasta causar la muerte”, advirtió la experta Benavides.
Emociones que sufren. La salud física no es la única descuidada; la salud mental y emocional también sufre. El 11% admitió haber tenido deseos de quitarse la vida. De ellos, el 50% lo intentó al menos una vez.
Por otra parte, el 1,3% reconoció tener una condición psiquiátrica que requería de medicación o seguimiento profesional.
Sin embargo, también se ve una mayor apertura de la juventud tica a buscar ayuda cuando sus emociones no se encuentran bien.
El 5,3% de los encuestados buscó ayuda profesional por depresión, el 6,3% por sentirse ansioso y el 12,4% por estrés excesivo.
“Las emociones deben cuidarse de la misma forma en la que se cuida la salud física. El problema es que no cuidamos ni la parte física ni la emocional”, enfatizó la psicóloga Sarita Álvarez.
“Quienes buscan ayuda psicológica ven que su salud física también mejora, por eso hay que dar mayores accesos a este tipo de servicios”, agregó.
Los entrevistados coinciden en que el sistema de salud debe propiciar encuentros para que los jóvenes no vayan a los servicios solo si están enfermos, sino para evitar enfermarse y mejorar su estado.