La jefa de la fracción del Partido Progreso Social Democrático (PPSD), Pilar Cisneros, y el también oficialista Daniel Vargas intentaron frenar la discusión que los diputados del Frente Amplio pusieron sobre la mesa, este lunes en el plenario, respecto del riesgo de que Costa Rica entre en la lista negra de países no cooperantes en materia fiscal de la Unión Europea (UE).
Los frenteamplistas Sofía Guillén y Jonathan Acuña se refirieron el tema durante la discusión en segundo debate de un protocolo que reporta la adhesión de la República de Croacia a la Unión Europea, en el marco del Acuerdo de asociación entre Centroamérica y la UE.
A raíz del tema, Guillén tomó el micrófono para exponer los riesgos que conlleva ser parte de la lista de naciones no cooperantes y enfatizó las responsabilidades del gobierno de Rodrigo Chaves, que llegó el jueves pasado a informar del problema a los diputados, a través del ministro de Hacienda, Nogui Acosta, a días de que se incluya al país en dicha lista.
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“Esto es algo así como un paraíso fiscal y eso es tremendo, terrible, va a golpear las relaciones de este país con el resto del mundo y en particular la Unión Europea, porque implica que hay desconfianza. Ellos han dicho que Costa Rica no cumple con las reglas del juego y le falta transparencia. Podría afectar el clima de inversiones local, relaciones y acuerdos que ya existen”, dijo Guillén.
Frente a las críticas de la frenteamplista, Pilar Cisneros pidió la palabra por el orden para pedirle a la presidenta en ejercicio, la diputada Melina Ajoy, que frenara discursos como el de Guillén, que la llamara al orden y hablaran exclusivamente por el proyecto en discusión.
“¿Usted va a dejar hablar a la gente de lo que quieran? Lo que la diputada acaba de decir no tiene ninguna relación, ¿nos vamos a restringir a la agenda parlamentaria?”, dijo la oficialista.
El jefe del FA, Jonathan Acuña, alegó que la Presidencia legislativa no puede ni limitar el uso de la palabra en los tiempos de cada legislador, ni mucho menos prever hacia dónde va un discurso, pues eso sería cercenar el uso de la palabra de previo.
“Si a la diputada Cisneros le parece que puede vincular este tema con otros, yo defenderé su derecho a que utilice la palabra, todas las veces, pero no busque cercenar el uso del tiempo que tenemos los diputados”, dijo.
El diputado Ariel Robles terció en favor de Sofía Guillén y le pidió a la presidenta en ejercicio, Melina Ajoy, no ceder en la petición de Cisneros.
En medio discurso de Guillén, se le dio la palabra a otro oficialista, Daniel Vargas, quien volvió a pedir que no se hablara sobre este tema en medio del proyecto de ley sobre la inclusión de Croacia en la UE.
“Hago el llamado a la señora presidenta para que, si vamos a ahondar en la materia en que quieren ahondar los compañeros del Frente, hagamos un debate reglado y lo discutimos todas las fracciones con suficiente tiempo”, dijo.
No obstante, el jefe del Liberal Progresista, Eliécer Feinzaig, defendió el derecho y la libertad de los frenteamplistas de hacer uso de la palabra y fustigó las acciones de los oficialistas por impedir que hablaran sobre la lista negra.
“Me preocupan mucho los intentos de Progreso Social por limitar la discusión y censurar el contenido de las intervenciones de los diputados, así no esté yo de acuerdo con prácticamente nada de lo dicho por los compañeros Guillén y Acuña.
“No puede la Presidencia de la Asamblea hacer inferencias sobre lo que están diciendo y hacia dónde va la discusión. Es importante que respetemos”, dijo Feinzaig.
Añadió que eso es parte del proceso democrático. Sobre el tema de fondo, el liberal criticó que Acosta haya advertido del riesgo de entrar la lista negra apenas cinco días antes, pero alegó que cree que el Gobierno trata de “asustar con la vaina vacía”.
Después de Feinzaig, volvió Pilar Cisneros a hablar y arguyó que ella, como “una periodista con 50 años de trayectoria, no va a estar en contra de la libertad de expresión”.
Adujo que se debe respetar el orden y la agenda del plenario, e insistió en que no tenía nada que ver con “lo que los diputados han estado discutiendo libremente”.
Cisneros también alegó que, si alguien quiere hablar de lo que quiera, que lo haga en su control político, y también atacó a Feinzaig por decir que ella cercena la libertad de prensa.
“No veo cómo agarramos y sacamos de la chistera el tema que nos dé la gana para discutir el tema que nos dé la gana. No debemos gastar más tiempo del que ya gastamos, con la vergüenza que me da a mí ante los costarricenses de que cada día les cuesta a los pobres contribuyentes ¢200 millones”, dijo.
Cisneros criticó que nadie hablara de la “barbaridad de la administración anterior del compromiso de tener en un Congreso nuevo un proyecto de ley (para adecuarse a las solicitudes de la UE) aprobado a más tardar el 30 de diciembre”.
“Ahora reclaman que este Gobierno no hizo nada. Yo no sé cuándo se enteró este ministro de Hacienda de compromisos tomados por el gobierno anterior ante la UE. (...) No le echen la culpa a este gobierno ni a este ministro, no tienen absolutamente nada que ver con lo que pasó”, dijo.
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Cisneros siguió criticando al FA y dijo que piden la palabra, “hablan como quieren y de lo que quieren” y que “ningún presidente se atreven a decir que eso no es correcto”.
“Vienen con ese tonito de maestro y de profesor, a darnos indicaciones de cómo se debe debatir en este Congreso. Es una cosa absolutamente lamentable”, criticó la oficialista.
Diputados molestos, piden respeto
Apenas habló Cisneros, las liberacionistas Montserrat Ruiz y Rosaura Méndez le exigieron respeto a la jefa oficialista.
“Quiero hacer un llamado a la cortesía, al respeto. No podemos pararnos a querer seguir incidiendo con una forma déspota de tratarnos. Todos fuimos elegidos y elegidas por el soberano, tenemos el mismo derecho de respeto”, dijo Ruiz.
También lo hizo Antonio Ortega, del FA, quien celebró que finalmente Cisneros se hubiera referido al riesgo de entrar en la lista negra.
En ese momento, Cisneros se sentó en su curul con los audífonos puestos, hasta que Ariel Robles habló directamente para recordarle a ella el comunicado de este lunes, donde la Presidencia de la República reconoció que no solo sabía del compromiso con la UE desde agosto, sino que intentaron modificar los plazos.