Floria Segreda, diputada del Partido Restauración Nacional (PRN), negó este martes haberse valido de su cargo para, supuestamente, solicitarle al director financiero del Congreso que no ejecutara un embargo sobre su salario ordenado por la justicia.
“En ningún momento he mandado ningún documento para me hagan algún tipo de favor”, expresó la congresista horas después de que la fiscala general, Emilia Navas, allanara su oficina en busca de pruebas para el expediente 19-000021-033-PE.
El embargo fue solicitado por un tercero de nombre Carlos Luis Hidalgo, quien ha mantenido un litigio contra la diputada por la venta de una casa y por la deuda que generaron las costas procesales de esa disputa legal. En vista de que Segreda Sagot mantuvo su deuda, un tribunal ordenó el embargo de su remuneración.
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Segreda afirmó: “El Ministerio Público considera que este señor me estafó y me quieren hacer daño.
“Ellos me estafaron porque falsificaron mi firma. Eso no ha terminado, sin embargo, el embargo está ahí, ellos no pueden tocarme la plata hasta que finalice el proceso”.
La Dirección Financiera del Congreso habría sido notificada de la orden judicial en febrero, por ¢26 millones, y en marzo, por ¢12,3 millones.
Sin embargo, al parecer, la legisladora restauracionista le dijo al departamento Financiero de la Asamblea Legislativa que tenía en sus manos una orden para el levantamiento de esa retención.
“El salario del diputado no es una salario, sino que son remuneraciones, son viáticos, ahí viene el estire y encoge con Antonio Ayales (director ejecutivo del Congreso) y el departamento financiero”, prosiguió Segreda en sus declaraciones de esta tarde.
“Como están sucediendo las cosas, hay temas más importantes e interesantes que venir a allanar por una cartita que dice que existe y no existe. Hay cosas importantes que no se están tomando en cuenta”, argumentó.
Agregó: "Ese embargo de salario fue por unas costas elevadísimas que se dieron por una casa, la famosa casa que ellos me estafaron, porque falsificaron mi firma. Eso está en proceso; eso ni siquiera ha terminado, y sin embargo, el embargo está ahí, la plata no se ha podido tocar hasta que se termine el proceso y de ahí fue nació todo.
“Lo que sucedió fue que, cuando ellos me llegaron con el primer embargo, ya las planillas de los diputados se habían enviado”, concluyó.
Posterior al allanamiento a su oficina, Segreda debió ser trasladada desde su despacho al departamento de Servicios Médicos del Congreso, pues tenía dolores de pecho y presión alta.
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