El padre Angel San Casimiro Fernández, nuevo obispo de la diócesis de Ciudad Quesada, prefiere que sus feligreses lo vean como un cristiano, antes que como jerarca eclesiástico.
El prelado recordó cómo ingresó al sacerdocio siendo muy joven. "Un día, un padre de los Agustinos Recoletos nos enseñó un reportaje sobre su seminario, en donde se veía a los muchachos jugando futbol con uniforme. Como yo venía de una familia humilde, eso del uniforme me llamó la atención, y a los 10 años decidí ingresar al seminario."
Lo que empezó como una antojo futbolero se convirtió en vocación para el padre San Casimiro, quien el martes pasado fue nombrado, por la Santa Sede, obispo de la nueva diócesis, la sexta de Costa Rica.
Siempre tuvo la inquietud de trabajar en algún país de Hispanoamérica. Su deseo se cumplió cuando a los 24 años, un año después de haberse ordenado sacerdote; sus superiores lo mandaron a Costa Rica.
Este español, de 53 años, dio sus primeros pasos como sacerdote en la iglesia de Nuestra Señora de El Carmen, Alajuela.
De 1973 a 1979 fungió delegado provincial, o sea coordinador de todos los trabajos que los Agustinos Recoletos realizan en el país. Durante esa época realizó importantes proyectos comunales como párroco en San Antonio de Belén, Heredia.
El padre Angel tiene a su haber 23 años de labor en nuestras tierras, tiempo en el que se ha dado a conocer por su afán de ayuda, su jovialidad y su afición al deporte, entre otras cosas.
Su amor por el futbol lo llevó a formar parte de la junta directiva de Liga Deportiva Alajuelense, equipo del cual es consejero y capellán.
Ya como obispo, su primer paso será contactar con los habitantes de las comunidades que estarán a su cargo para tratar de conocer más la realidad que viven.
Luego se reunirá con los 30 sacerdotes de las 13 parroquias de la zona para analizar las causas de los problemas y planear programas adecuados para resolverlos unidos.
La diócesis de Ciudad Quesada está compuesta por los cantones de San Carlos, Sarapiquí, Los Chiles, Upala y Guatuso, cuyas parroquias estarán bajo la coordinación del padre San Casimiro.
El 7 de octubre será su consagración episcopal. Ese día es muy importante para el nuevo obispo ya que además cumple 30 años de haber realizado su primera misa.
"Con mucha esperanza y confianza asumo el obispado. El Señor me ha llamado a mí --sin merecerlo--. Por eso sé que El me dará fuerzas para colaborar con la diócesis", afirma.