Cuatro kilómetros de la tubería que traslada el combustible de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) de Limón a Cartago y La Garita de Alajuela deberán ser enterrados o trasladados para poder concretar la ampliación de la ruta 32.
No se trata de un solo tramo de esa longitud, sino de la suma de varios distribuidos a lo largo de los 107 km del proyecto que va desde el cruce a Río Frío hasta la ciudad de Limón, como explicó Leonel Altamirano, gerente de proyectos de la Refinadora.
Entre estos están, los sectores de poliducto ubicados antes y después del río Barbilla, en Matina, donde la tubería estaba enterrada. La labor consiste en protegerla con una losa de concreto de 10 centímetros y posteriormente volver a enterrarla.
Esa misma tarea se realiza actualmente antes del puente sobre el río Pacuare, en Siquirres.
Los tres puntos suman 1,6 kilómetros.
“Eso permite que la carretera pueda pasar sobre esa zona donde está la tubería”, explicó Altamirano.
También es necesario intervenir cerca de dos kilómetros de tubos de seis pulgadas que se encuentran expuestos, principalmente de forma aérea.
“Hay pasos en las comunidades que hacían como una especie de puente, el Conavi en esos puntos nos pidió que se enterraran para dejar libre totalmente el paso”, agregó el funcionario.
En esos casos, se colocó tubería en una posición adecuada y enterrada.
Altamirano dijo que aunque están a punto de terminar la reubicación, se mantienen en coordinación con el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) en caso de que requieran otros movimientos del poliducto.
Esta red de tuberías en acero al carbono permiten el trasiego de los llamados productos limpios que son diésel, gasolina súper, gasolina plus 91 o regular, Jet A-1 (combustible de aviación). Se extiende por 542 kilómetros del país y en su mayoría está enterrado como mínimo, a un metro de profundidad.
Apenas comienza
La intervención en la zona de ampliación de la vía a Limón era uno de los principales pendientes que el Gobierno tenía para permitir que la empresa China Harbour Engineering Company (CHEC) avanzara con las obras encargadas.
Según el gerente de proyectos de Recope, las labores fueron realizadas por el mismo personal especializado de la institución y tuvo un costo de ¢120 millones.
El traslado y protección le tomó a la Refinadora alrededor de ocho meses, pero comenzó a planificarse desde hace más de dos años, incluso antes de que CHEC entregara los diseños.
Otras instituciones responsables de la distribución de electricidad y acueductos también deben realizar movimientos de postes y tubería a lo largo de la ruta.
El Gobierno ya comenzó a tramitar las expropiaciones que se requerirán a lo largo del tramo que se va a ampliar, aunque aún no posee el número de terrenos que va a requerir.
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Inicialmente, los diseños de CHEC exigían que el Estado entrara en posesión de más de 1.400 propiedades, cifra que fue rechazada por la Administración. Por esa razón, se le pidió ajustar los diseños para que se utiliza en la medida de lo posible al derecho de vía existente y disminuir el número de expropiaciones necesarias.
CHEC recibió la orden de inicio para la ampliación de la vía en noviembre del 2017 y debía concluirla en octubre de 2020. A la fecha, sin embargo, ha transcurrido la tercera parte del plazo con un avance de apenas el 6%, reconoció Conavi.
El Consejo, además, detectó fallas en la construcción de pilotes para los 36 obras que serán intervenidos.
La obra se financia con un préstamo del Eximbank de China por $395 millones y una partida del Estado costarricense por $100 millones.