Dos de las principales vías de la Gran Área Metropolitana presentan defectos y deterioros que se traducen en riesgos para los usuarios y daños a los vehículos que transitan a diario por ahí.
Se trata de la carretera entre San José y Alajuela, en un tramo de la ruta 1, así como la ruta 3 que conecta con varios sitios de San José, Heredia y Alajuela hasta llegar a Orotina.
Los daños fueron señalados en un informe elaborado por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) de la Universidad de Costa Rica que se centró en el análisis de estas dos carreteras debido que conforman parte de la red de alta capacidad y, conectan con corredores que también constituyen importantes rutas de logística, pues gran parte de la carga que se moviliza, atravesando la capital, pasa por ahí.
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Las autopistas que conectan a San José con Alajuela (ruta 1) y San José con Orotina (ruta 3) fueron evaluadas por Lanamme, órgano que urge a las autoridades una pronto reparación de los problemas detectados. (Cortesía UCR)
Entre los hallazgos señalados en el documento se indica que, por ejemplo, en el caso de la ruta 1, se encontraron barreras de contención con impactos en diversos puntos y con menos de 50 cm de altura, mientras que en otros tramos hay vallas de concreto con bloques desprendidos o mallas con tubos expuestos.
A lo largo de la ruta también hay sistemas de contención de impactos dañados, pérdida de demarcación horizontal debido a trabajos de recarpeteo o bacheos, así como huecos puntuales y alcantarillas sin tapa.
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Deterioros como la ausencia de la malla que se ubica en la medianera de la ruta son parte de los defectos identificados por los expertos del Lanamme. Foto: Lanamme para LN.
En el caso de la ruta 3, los principales problemas tienen que ver con la ausencia de demarcación horizontal, así como la falta de señalización para dividir carriles, ya que no hay separadores físicos.
Además, se pueden encontrar huecos puntuales a lo largo de la ruta, las tapas de alcantarillas ocasionalmente se encuentran ausentes o presentan desnivel con respecto a la altura de la capa de rodadura, y al acercarse a la zona de Atenas se presentan taludes con riesgos potenciales de afectar el tránsito.
En total, en ambas carreteras se contabilizaron 73 barreras de concreto dañadas, 49 registros de sistemas de contención vehicular estropeados, así como 14 huecos en la carpeta.
Roy Barrantes, coordinador de Evaluación y Gestión de la Red Vial del Lanamme, comentó que varios tramos de estas rutas presentan cunetas con material que ya no tienen la capacidad de hidráulica, lo cual sumaría un riesgo adicional en la época lluviosa.
“Lo que llama poderosamente la atención y al mismo tiempo preocupa producto de este informe, es el abandono de importantes activos viales, el cual se manifiesta en a través de la falta de reparación o reemplazo de estos elementos de seguridad vial (...).
" Todos estos defectos que se encuentran en estas rutas importantes del país están ubicados de forma muy precisa a través de equipos de última generación, entonces, esperamos que esta información sirva para que la administración tome acciones oportunas en el corto plazo y priorice la reparación de estos sitios, sobre todo teniendo en cuenta que estamos muy cerca de empezar las épocas de lluvias y donde la seguridad vial de los usuarios debería ser una prioridad absoluta”, sostuvo.
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El estudio concluye que los deterioros presentan no solo una disminución del servicio en estas vías primarias, sino que constituyen elementos “de riesgo potencial para los usuarios”.
Algunos de los defectos que fueron señalados ocasionan disminuciones en la velocidad de la circulación, comprometen la seguridad de los usuarios y afectan la condición de los vehículos, incrementando el gasto de combustible y la contaminación por emisión de gases.
“Varios de los deterioros observados son de alta severidad y están ubicados en rutas de alto volumen vehicular, por lo que se deberían tomar medidas de mitigación de forma inmediata, y realizar los estudios a nivel de proyecto para implementar la señalización adecuada y solución definitiva en el corto plazo” , se advierte.
La mayoría de rutas nacionales se encuentran en abandono desde hace tres años debido al vencimiento de los contratos de conservación.
El Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) anunció que durante este primer trimestre del año se reactivarían las labores de mantenimiento en las principales rutas, pero a la fecha no se tiene detalle de cuáles de las adjudicaciones formalizadas para ese fin ya se están ejecutando.
Según las estimaciones del Lanamme, el abandono de las carreteras podría llevar a la red vial a un retroceso de 20 años y se requiere de una inversión de al menos ¢235.000 millones para devolverla a la condición que tenía en el 2020.
En agosto del año pasado, el ministro de Obras Públicas, Luis Amador Jiménez, advirtió de que hay más de 700 km de vías que ya requieren de una reconstrucción completa.
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Esa cartera calcula que alrededor del 26% de las carreteras del país se encuentran en condición vulnerable, por lo que podrían verse más afectadas con la llegada de la época lluviosa.