Texto original publicado por La Nación el 8 de agosto de 1972
El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) afirma, según el informe de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (CEPAL), Costa Rica sigue siendo el país centroamericano que produce energía eléctrica más barata, aparte que es la nación más electrificada del istmo. Del mismo informe obtuvimos el dato de que el precio por kilowatts/hora para toda la región es de $2.90 centavos. El más bajo correspondió a nuestro país con $2.07 centavos.
La CEPAL asegura, con base en ese análisis de la producción de 1970, que la generación por habitante en América Central fue de un 6% más, con relación a la generación obtenida en 1969. En cuanto a la producción eléctrica per cápita, Costa Rica figura con el porcentaje mayor, que se traduce en 528 kilowatts/hora por habitante. En su orden de importancia, sigue Nicaragua, con 248; El Salvador, con 182; Guatemala, con 124; y Honduras con 113.
Al señalar estas ventajas para el público abonado, se informa que el ICE tiene proyectos para elevar, aún más, la capacidad de producción eléctrica. Se indicó que los planes son llevar este vital servicio a todas las poblaciones del país. En un aparte, aprovechando esta explicación, se citó el caso de Siquirres, donde acaba de ser puesta en operación una moderna planta diésel, que tiene una capacidad de 300 kilowatts, con lo que el total es de 500 kilowatts para el servicio estable las 24 horas.
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Avanzaron plan de desarrollo agropecuario en Jicaral
El plan de desarrollo agropecuario, trazado para la zona de Jicaral, en la Península de Nicoya, se encuentra muy avanzado, según señala el presbítero Juan José Navarro, cura párroco de aquel lugar. Este proyecto contempla en granos básico: mil manzanas de arroz, con 49 agricultores y un monto financiado por un millón de colones, maíz, 250 manzanas, con 32 agricultores y ¢200.000 financiados. Además, se tiene pensado el desarrollo de otros cultivos.
En ganadería: 16 fincas con ganado de carne, con un monto de ¢334.050, tres porquerizas destinadas a la industria porcina, con una financiación de ¢41.020 y en aves, una granja, con un costo de ¢8.200. El cura párroco nos dice: “los agricultores de Jicaral, en esta península, llegaron al convencimiento de que la única solución, en el campo agropecuario, era organizarse para obtener mayores ingresos con una menor inversión”.
Se refiere al éxito logrado por la cooperativa recientemente formada y la cual se integró a raíz del adiestramiento recibido por 90 agricultores y ganaderos por medio de la escuela móvil agrícola del Pacífico Seco. Con este incentivo, subraya, se pidió asesoramiento al departamento de cooperativas del Banco Nacional de Costa Rica, “y ahora estamos en vías de obtener nuestra personería jurídica, para lo cual se dan los pasos necesarios”.
El presbítero Navarro agregó: “nosotros, gracias a Dios, estamos bien organizados. Ya cuenta la bodega para insumos con 10 mil quintales de abono, 75 estañones de plaguicidas y miles de colones en medicamentos veterinarios. Nos manejamos con un presupuesto de ¢600.000, en solo la bodega para suministros agrícolas. Esperamos, en procura de una labor eficiente, comprar maquinaria para los agricultores, porque consideramos que la agricultura, sin mecanización, tiene muchas limitaciones”.
Dejaron de practicar trasplantes de corazón en Rusia
El ministro de Salud de la Unión Soviética, doctor Boris V. Petrovsky, que se encuentra de visita en Estados Unidos, dijo hoy que los cirujanos soviéticos lograron trabajar con éxito en técnicas de cardiotrasplantes, pero que tales operaciones se abandonaron en el país por no aceptar el pueblo ruso la definición del momento de la muerte que se acepta en muchos países, el concepto de “muerte del cerebro”, dijo Petrovsky al doctor Norman Schumway.
Petrovsky dijo que la técnica para el trasplante de corazones se desarrolló en su país hace diez a quince años y que se realizaron cardiotrasplantes a cuatro pacientes, los que luego murieron. Desde entonces, agregó, tales operaciones se han suspendido. Petrovsky afirmó que en la Unión Soviética la profesión médica juzga que no es correcto aprovechar el corazón del donante para un trasplante hasta que haya dejado de latir.
En los Estados Unidos, señaló, el corazón se trasplanta después de que los encefalogramas indican que el cerebro dejó de funcionar.