Al tiempo que las investigaciones continúan para identificar el origen todavía desconocido de la contaminación, la OMS aseguró que “la cepa aislada del brote en Alemania, nunca se había visto en un brote antes”, aunque se había detectado “en casos esporádicos pero muy raros”.
Para añadir más confusión a la situación, investigadores de la Universidad de Hamburgo-Eppendorf, que lograron, en colaboración con la empresa china de biotecnología BGI-Senzhen, hacer la secuencia del genoma de la bacteria, publicaron un estudio según el cual la cepa es “totalmente nueva”, muy agresiva y resistente a antibióticos.
Alemania anunció un nuevo fallecimiento, el de una mujer de 81 años, lo que eleva a 17 los muertos por este brote en ese país. A esa cifra hay que sumar otra mujer fallecida en Suecia, difundida el martes por ese país.
Gran Bretaña anunció ayer que detectó a siete infectados por la bacteria y, en todos los casos, personas que habían estado recientemente en Alemania.
Lo daños a la agricultura española son considerables y las exportaciones de verduras se han hundido. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó ayer a la Unión Europea “indemnizaciones por los perjuicios causados”.
El miércoles, su ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, hablo de la posibilidad de una demanda contra las autoridades de Hamburgo, norte de Alemania, por su “clamoroso error” al atribuir el origen de la contaminación a productos españoles.
Holanda, Alemania y Portugal también solicitaron fondos de ayuda para sus agricultores. El presidente de la Federación Alemana de Agricultores, Gerd Sonnleitner, cifró las pérdidas del sector en Alemania en 30 millones de euros semanales ($43,5 millones).
La situación de los productores se agravó ayer con la decisión de Rusia de prohibir la importación de todo tipo de legumbres procedentes de países de la Unión Europea, una decisión calificada de desproporcionada por Bruselas y reclamó levantar este embargo.
Rusia importa verduras frescas de Europa por valor de 600 millones de euros al año ($870 millones).
Entre tanto, los investigadores tratan a toda prisa de encontrar cómo se transmite la bacteria. Los expertos alemanes, que estudian desde hace días cientos de muestras, se encuentran frente a una tarea gigantesca.
“No será fácil”, reconoció el miércoles el comisario europeo de Sanidad, John Dalli, quien añadió que “habría que preguntar a la gente qué han comido”.
A la fecha, se han registrado 2.000 casos entre Alemania , el resto de Europa e incluso Estados Unidos; unos 500 más que el miércoles. Todos los enfermos habrían estado hace poco en Alemania.