Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, acusado de corrupción, y su rival, Benny Gantz, cerraron este sábado la campaña electoral -la tercera en menos de un año- intentando movilizar a toda costa a un electorado ya cansado.
Tras las elecciones de abril y de setiembre del 2019, en las que el Likud de Netanyahu y el partido de centro Azul-Blanco de Gantz quedaron igualados, los israelíes están llamados a las urnas el próximo lunes para poner fin a la crisis política más larga de la historia del país.
Desde los últimos comicios hasta hoy, muchas cosas han cambiado.
Netanyahu se ha convertido en el único primer ministro de la historia de Israel en ser inculpado durante el ejercicio de su cargo, y su juicio por corrupción empezará a mediados de marzo.
A finales de enero, viajó a Washington para el anuncio de un proyecto de paz para Oriente Medio que consideró "histórico" y luego logró que Moscú liberara a una israelí que estaba encarcelada en Rusia.
Y sin embargo, nada avanza.
Los últimos sondeos apuntan resultados muy iguales para Netanyahu y Gantz, y ningún partido parece capaz de recabar una mayoría de escaños en el Parlamento.
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— WION (@WIONews) February 28, 2020
Can @netanyahu stage a comeback amid corruption charges@PriyankaSh25 explains@gantzbe pic.twitter.com/jS3BifoZQD
El primer ministro “tiene éxito en cierta manera. No atrae a más electores, pero tampoco pierde” pese a su acusación, subrayó Gideon Rahat, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hebraica de Jerusalén.
Netanyahu, con 14 años en el poder, es el jefe de Gobierno más perenne de la historia del país. En noviembre fue inculpado por corrupción, malversación y abuso de confianza en tres casos.
En uno de ellos, es sospechoso de haber otorgado favores gubernamentales que podrían haberle reportado millones de dólares al jefe de la empresa de telecomunicaciones Bezeq, a cambio de una cobertura mediática favorable por parte de un medio del grupo.
Netanyahu, ofensivo
Netanyahu denunció un “golpe de Estado” urdido contra él por la Justicia y movilizó a sus electores contra esta acusación, que considera sesgada.
En las últimas semanas, centró sus ataques contra los partidos árabes de Israel. Los carteles con el lema “sin Ahmed Tibi”, uno de los principales candidatos de la Lista Unida de los partidos árabes, afloraron por las calles de todo el país.
En las últimas elecciones, los partidos árabes quedaron en un inesperado tercer puesto y apoyaron, sin éxito, a Gantz para el puesto de primer ministro.
“Si el Likud no gana, habrá unas cuartas elecciones o un gobierno de izquierdas dirigido por Gantz y dependiente de Ahmed Tibi y de la ‘Lista Unida’”, afirmó Netanyahu en el Jerusalem Post.
Al estar acusado, Nentanyahu no puede acceder a ningún cargo de ministro dentro de una eventual coalición, pero sí puede seguir dentro del ejecutivo como primer ministro.
Por tal razón, necesita quedar con ventaja y poder liderar la formación del próximo gabinete. Pero, puesto que la intención de voto no parece cambiar, la consigna sigue siendo la misma: “¡Vayan a votar!”.
En dos entrevistas separadas con el mismo canal televisivo, Canal 12, ambos candidatos se lanzaron duras críticas este sábado.
“Es débil, no es un líder”, manifestó Netanyahu de su rival.
“De ninguna manera aceptaré sentarme a las órdenes de Netanyahu como primer ministro y con tres acusaciones pendientes”, destacó Gantz.