Texas. Es el arma no tan secreta de los demócratas en Nevada: un vasto ejército de cocineros, camareros y empleados de servicio hotelero que ayudaron a que este estado indeciso se inclinara por Hillary Clinton en 2016 y por Joe Biden en 2020.
De cara a las elecciones de noviembre, el Sindicato Culinario, que representa a 60.000 trabajadores de hoteles y casinos, principalmente de Las Vegas, se prepara para movilizar a su gremio contra Donald Trump por tercera vez.
“Para el día de las elecciones, tendremos 500 miembros del sindicato -hombres y mujeres que normalmente limpian habitaciones en hoteles, cocinan o sirven bebidas- trabajando a tiempo completo, tocando puertas, registrando a la gente para votar, llevando a la gente a a las urnas”, dice el secretario-tesorero del sindicato, Ted Pappageorge.
“Conseguir votos. No hay otra manera de ganar”.
Nevada se ha convertido en un campo de batalla clave en las elecciones presidenciales estadounidenses.
Los candidatos demócratas llegan especialmente a Las Vegas, donde vive tres cuartas partes de la población de este estado desértico.
Clinton fue visitante frecuente en 2016, cortejó a trabajadores de hoteles y miembros del sindicato en salones de empleados de casinos y cafeterías. Fue uno de los pocos estados bisagra que ganó.
Biden se impuso en otra reñida contienda cuatro años después. Reciéntemente, él y su vicepresidenta Kamala Harris se hicieron tiempo para para marchar en piquetes y celebrar nuevos contratos muy luchados con miembros del sindicato.
En su libro “Beaten Down, Worked Up: The Past, Present and Future of American Labor” (Pasado presente y futuro del movimiento obrero estadounidense), el autor Steven Greenhouse llama al Sindicato Culinario un “monstruo político que ha hecho mucho para convertir a Nevada del rojo al azul”, en alusión a los colores republicanos y demócratas, respectivamente.
“Desempeñamos un papel muy importante”, coincidió Pappageorge. “Pero es un papel especial”.
¿Por qué su influencia?
Su influencia proviene no sólo de ser el sindicato más grande de Nevada, donde el 60% de los miembros son latinos y 55% mujeres, sino también de su maquinaria política recolectora de votos.
En 2022, cuando la senadora demócrata Catherine Cortez Masto fue reelegida por menos de 8.000 votos, el Sindicato Culinario dijo que sus encuestadores llamaron a más de un millón de puertas y hablaron con 175.000 votantes, en un estado de tres millones de personas.
Este año, el sindicato recaudará fondos para pagar a cientos de encuestadores sindicales para que dejen sus trabajos y se tomen de nuevo las calles, dijo Pappageorge.
“Ellos se inscriben durante tres a seis meses durante el año electoral. Caminan por los barrios todos los días, 10 horas al día (...), los persiguen los perros y pasan por todo tipo de cosas”, explicó.
“Trabajadores hablándoles a trabajadores. Así es como impulsamos el voto de la clase trabajadora en Nevada”, resumió.
“La participación lo es todo”
El Sindicato Culinario ha triplicado su tamaño desde finales de la década de 1980.
Los aumentos salariales conseguidos por los gremios les han dado a los trabajadores de la hostelería de Nevada estilos de vida de clase media poco frecuentes en gran parte de Estados Unidos.
En noviembre, el sindicato llegó a acuerdos con los gigantes de los casinos MGM Resorts, Caesars Entertainment y Wynn Resorts, que aumentaron los salarios promedio de 26 a 35 dólares la hora.
El sindicato se ha enfocado más políticamente. En cada elección identifica a los candidatos con políticas prosindicales y moviliza a los votantes para tratar de inclinar la balanza.
Si bien ha respaldado a los republicanos en elecciones anteriores, hoy apoya decididamente a Biden, a quien Pappageorge llama “el mejor presidente para la gente, las familias y los sindicatos de la clase trabajadora que he visto en mi vida”.
La movilización se enfoca en ciudades como Las Vegas y Reno, bastiones dominados por los sindicatos demócratas en un estado que contiene enormes condados rurales conservadores.
“La participación lo es todo en Nevada”, afirma Pappageorge. “Ahí es donde entra el Sindicato Culinario”.
Elecciones reñidas
Este año, los votantes tradicionales pueden no ser suficientes. Trump lidera por poco las encuestas de Nevada.
Los independientes superan en número a los demócratas en el estado.
“Es temprano. No estamos muy preocupados por eso”, señala Pappageorge.
Los votantes latinos de clase trabajadora “no son muy diferentes de los votantes blancos de la clase trabajadora”, dice.
“Ambos están preocupados por el derecho de la mujer a elegir. Quieren ley y orden en la frontera, pero quieren compasión”.
Tal vez la queja más recurrente tiene que ver con la gestión de la economía por parte de Biden.
Nevada tiene una de las tasas de desempleo más altas del país y se ha disparado el costo de vida, en especial el precio de la vivienda.
Pappageorge culpa a las corporaciones y al manejo que le dio Trump a la pandemia en un comienzo, cuando cerró totalmente los mundialmente famosos casinos del Strip de Las Vegas.
Con estos factores combinados, Pappageorge anticipa que estas “serán incluso más reñidas” que las elecciones anteriores.
“Hay mucho en juego”, dice. “Nevada importa”.