MEXICO
El Senado mexicano terminó este lunes la votación de las reglas secundarias de la histórica reforma constitucional energética aprobada el año pasado y que abre por primera vez el sector a inversionistas extranjeros.
Con 85 votos a favor y 26 en contra, los senadores aprobaron el último de los cuatro dictámenes que comprenden las leyes complementarias de la reforma que pone fin al monopolio ostentado por Petróleos Mexicanos durante 75 años en la exploración y explotación de recursos energéticos.
La discusión de los dictámenes se inició el jueves pasado con sesiones diarias de más de 12 horas. Ahora deberán ser analizados y votados por los diputados.
El dictamen aprobado este lunes es el referente a la Ley de los Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética que, entre otros puntos, crea una entidad integrada por siete comisionados que serán seleccionados por el presidente y aprobados por Congreso.
"Queremos árbitros más fuertes que no cedan a los intereses de los más ricos", dijo tras la votación a Milenio Televisión la senadora del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI), que junto con el Partido Acción Nacional (PAN, conservador) fue el principal impulsor de la reforma.
Pero para la senadora del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Dolores Padierna, "los órganos reguladores facilitarán en todo lo necesario a las empresas privadas para que puedan hacer sus negocios".
Los legisladores izquierdistas del PRD y del Partido del Trabajo (PT) rechazaron las leyes secundarias, así como la reforma aprobada en diciembre, porque consideran que el país será despojado de sus recursos naturales, sobre todo el petróleo.
Muchos artículos de los dictámenes fueron reservados por la izquierda para su modificación, sin embargo ninguno fue aprobado por el Pleno, dominado por el PRI y PAN.
Las leyes complementarias establecen las reglas para que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) funcionen como "empresas productivas del Estado".
Abrir a particulares el mercado de la generación y el suministro de electricidad fue otra de las leyes aprobadas.
Una de las legislaciones que más oposición de la izquierda tuvo fue la Ley de Hidrocarburos, que establece que "el terreno de un propietario podrá ser otorgado en asignación o contrato para la exploración y explotación de energéticos", bajo las figuras de "ocupación superficial u ocupación temporal".
La izquierda consideró que "la ocupación temporal" equivaldrá a la "expropiación" dado que serán contratos con duración de décadas.
La reforma energética forma parte de un paquete de modificaciones constitucionales propuestas por el Presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) desde el inicio de su mandato y ya aprobadas, no sin reiteradas manifestaciones de rechazo de varios sectores.
Peña Nieto ha defendido su reforma energética como una herramienta esencial para la modernización de Pemex y el impulso a la producción de crudo en el país, que cayó drásticamente en la última década.