Madrid. Con una nueva cita electoral prevista en menos de un mes, España afrontaba este lunes semanas de negociaciones antes de formar gobierno, al día siguiente de que el socialista Pedro Sánchez ganó las elecciones legislativas, sin mayoría absoluta, por lo cual el futuro político sigue incierto después de los terceros comicios desde el 2015.
El 26 de mayo, los españoles volverán a las urnas para votar en elecciones municipales, europeas y también regionales, en 12 de las 17 comunidades autónomas del país. Antes de decantarse por una opción u otra, Pedro Sánchez preferirá medir fuerzas de forma definitiva.
“Tenemos que ver qué sucede en los ayuntamientos (...) en muchas comunidades autónomas y por supuesto en el Parlamento Europeo”, declaró este lunes la presidenta del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Cristina Narbona, en una entrevista con Radio Nacional de España.
“No hay ninguna prisa”; de momento, “seguimos en campaña”, enfatizó.
En este panorama, Sánchez, presidente en funciones desde este lunes, podrá tomarse tiempo para reflexionar. "Podemos seguir manteniendo el día a día, el rumbo de la administración general del Estado", destacó la vicepresidenta del ejecutivo, Carmen Calvo.
El líder socialista, quien llegó al poder en junio tras una moción de censura contra el conservador Mariano Rajoy, se ve ahora legitimado por la victoria del domingo, donde obtuvo 123 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados (cámara baja).
Muy detrás queda un PP descalabrado, con solo 66 bancas, frente a las 137 que obtuvo en las últimas legislativas, en el 2016.
Además, el PSOE le arrebató al Partido Popular la mayoría absoluta en el Senado. Aquí, los socialistas lograron 121 escaños, que se suman a los 18 por designación autonómica. Es decir, 139 bancas en ese hemiciclo de 266 frente a 56 senadores populares (que tenían 130).
La coalición de derechas está descartada, ya que la suma del PP con los liberales de Ciudadanos (57 escaños) y la ultraderecha de Vox, que se estrena en el Parlamento con 24 diputados, se queda en un total de 147. Muy lejos, por tanto, de la mayoría absoluta, fijada en 176 curules.
Las cartas de Sánchez
Pedro Sánchez, en cambio, dispone de varias opciones, que deberá sopesar.
Puede seguir gobernando en solitario, como lo ha hecho durante más de 10 meses, aunque esta vez con 123 diputados y no ya 84. “Lo vamos a intentar”, avisó este lunes Carmen Calvo, vicepresidenta del Gobierno.
“Pensamos que podemos seguir avanzando en esta fórmula que hemos iniciado. Es una fórmula con la que hemos sacado las convalidaciones de nuestras normas con todos los grupos de la Cámara”, manifestó al diario El País.
Otra opción sería abrir su gobierno a la izquierda radical de Podemos, que le ha garantizado su apoyo. La formación ha salido debilitada de las votaciones legislativas (42 escaños, frente a 67 en la anterior legislatura), y no podrá dictarle sus condiciones.
Con el apoyo de varios partidos regionales, Sánchez rozaría la mayoría absoluta. Y le bastaría con la abstención de un solo diputado catalán para ser entronizado en una segunda votación de investidura en el Parlamento, donde es suficiente con tener más síes que noes.
Igualmente, una tercera opción sería ampliar su coalición con Podemos a los separatistas catalanes de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), sumando una mayoría de 180 escaños.
En los últimos meses, Esquerra se ha mostrado más moderada que el partido del expresidente regional Carles Puigdemont, Junts per Catalunya. Pero no deja de ser un aliado incómodo, con su planteamiento de negociar un futuro referendo de autodeterminación en Cataluña, condición inaceptable para Sánchez.
La derecha, mientras tanto, lo acusa de estar listo para pactar con los separatistas en detrimento de la unidad de España.
En teoría, Pedro Sánchez podría también aliarse con Ciudadanos, con el que sumaría mayoría absoluta, 180 escaños.
Pero su líder, Albert Rivera, ha desplegado en el último año una campaña muy virulenta contra el socialista, y está tratando ya de posicionarse como el líder del centro-derecha, tras la debacle del PP.
Por lo demás, la posibilidad de aliarse con Ciudadanos parece levantar resistencias entre la militancia socialista, como quedó en evidencia la noche del domingo, cuando cientos de ellos le gritaron a Sánchez "¡Con Rivera no, con Rivera no!".
Este mismo lunes, la líder de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, aminoró aún más la posibilidad de un acuerdo con Sánchez.
“Tenemos al frente de Moncloa (la oficina del presidente del gobierno) un peligro público, una persona capaz de hacer cualquier cosa”, afirmó la flamante diputada, y prometió: “Vamos a ser los líderes de la oposición”.
El reto de la estabilidad
En todo caso, tardará semanas o meses hasta que se despeje la nube en torno al panorama político, opinó Andrew Dowling, experto en política española en la Universidad de Cardiff en Gales.
“Si el Partido Socialista quiere mantenerse en el poder los próximos cuatro años, tendrá que formar acuerdos para ganarse cierto grado de estabilidad”, expresó.
Gran parte de la incertidumbre se debe a la manera en que el abanico político de España se ha fragmentado en los años recientes, luego de décadas en que el PSOE y el PP se alternaban en el poder.
Forjar alianzas de varios partidos ha resultado difícil, lo que ha acabado con gobiernos españoles. En el 2015, un resultado inconcluyente de las elecciones generales llevó a negociaciones fallidas y una repetición de los comicios al año siguiente.
“El país ha sufrido un grado de inestabilidad excesivo”, indicó el diario La Vanguardia en un editorial el lunes. “Eso nunca es bueno. Y menos aún cuando la Unión Europea padece el mismo mal, debido al brexit y al ascenso de los populismos”.