México. “Va a haber cambios”. “Yo no espero nada”. “Si se tiene que quemar todo, lo haremos”. Feministas expresan sus esperanzas y también sus enfados ante la probable elección de una mujer como presidenta por primera vez en la historia de México, un país tradicionalmente machista.
Con un 56% de la intención de voto, la candidata oficialista Claudia Sheinbaum se enfrentará en las urnas el próximo 2 de junio a la centroderechista Xóchitl Gálvez (34%), seguida de Jorge Álvarez Máynez, del minoritario Movimiento Ciudadano (10%), según un consolidado de encuestas de la firma Oráculus.
El inédito momento político contrasta con el machismo que caracteriza al país, con telenovelas, películas y canciones que exaltan al hombre dominante y la mujer abnegada.
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La realidad que viven niñas y adultas en México, un país de 129 millones de habitantes, sigue siendo sombría. Solo en 2023 se cometieron 852 feminicidios, según cifras oficiales.
Cuatro feministas de entre 26 y 91 años le cuentan a esta agencia lo que esperan.
‘Ya es hora’
“Ya es hora de que se reconozca a las mujeres”, dice con voz dulce Elena Poniatowska, escritora y feminista de 91 años, premio Cervantes en 2013, desde su casa en el sur de la Ciudad de México.
“Es una consecuencia lógica de un país que ha ido avanzando”, comenta la autora de “La noche de Tlatelolco”, al referirse a la posibilidad de que México tenga una presidenta.
Poniatowska, nacida en París y nacionalizada mexicana en 1969, apoya al presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador. Ahora da por sentado el triunfo de Sheinbaum, exalcaldesa de la Ciudad de México (2018-2023).
“Va a haber cambios muy importantes”, asegura. Espera mayor atención oficial a “la cultura” y políticas públicas en beneficio de “los niños”, lo que resultará en mayores derechos para las mujeres.
Pocas expectativas
Al iniciar su campaña en marzo, Sheinbaum prometió proteger y mejorar la vida de las mujeres. “No llego yo, llegamos todas”, aseguró.
Gálvez, por su parte, enfatiza que en su gobierno será “una aliada de las mujeres”.
Sara Lovera, de 74 años, responsable del portal feminista SemMéxico, dice tener “pocas expectativas” si gana Sheinbaum, cuyo mentor político, López Obrador, se burló de las “seudofeministas” después de unas manifestaciones a favor del aborto.
El aborto fue despenalizado y legalizado en México por la Suprema Corte en septiembre de 2023.
“No vamos a tener ningún cambio, vamos a seguir perdiendo. Hay quien opina que hemos perdido 30 años en política de género”, dice Lovera.
“Creo que con Xóchitl Gálvez podríamos dialogar, aunque ella tampoco entienda nada” de luchas feministas, agrega.
‘Estamos en tendencia’
“Flor de Fuego”, de 53 años, vive de hacer malabares con fuego en un semáforo de la alcaldía Azcapotzalco y suele encabezar marchas en defensa de los derechos de las mujeres lanzando potentes llamaradas con la boca.
“Las mujeres estamos de moda, entonces los partidos políticos aprovecharon ese barco”, dice con sarcasmo después de correr entre los autos con la bandeja plateada que usa para recolectar monedas. Así pagó la carrera de biología de su hijo.
“No creo que cambien las cosas mucho, gane quien gane”, añade “Flor de Fuego”, quien prefiere no dar su verdadero nombre.
Durante el gobierno local de Sheinbaum, sostiene, “fuimos bastante reprimidas las feministas en nuestras marchas... Quién sabe cómo nos vaya a la comunidad feminista” si ella llega a la presidencia.
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‘Quemar todo’
Alondra (nombre ficticio), estudiante de Economía y Derecho e integrante del Bloque Negro, movimiento feminista radical, se muestra enfadada.
Los partidos políticos “piensan que por imponer a una mujer, venga de donde venga, ya nos van a callar a nosotras o al movimiento feminista”, advierte.
“Si no hay una mujer que haga temblar al sistema patriarcal, no va a cambiar nada... vamos a seguir manifestándonos, y si se tiene que quemar todo, se va a tener que quemar todo”, dice Alondra, maquillada con sombra de ojos roja.
“Todo puede seguir igual, la misma situación de violencia hacia las mujeres”, comenta.
Al hablar con esta agencia, pega volantes sobre la propaganda electoral con la imagen de uno de los presuntos asesinos de María de Jesús Jaimes Zamudio, estudiante fallecida en 2016.
Alondra resultó herida varias veces en forcejeos con fuerzas de seguridad al proteger a manifestantes.
Al Bloque Negro se le acusa de vandalizar monumentos y establecimientos comerciales, pero sus integrantes aseguran que se trata de actos de iconoclasia, es decir, destrucción de figuras de autoridad para enviar mensajes políticos.