París. El presidente francés, Emmanuel Macron, encargó este lunes a su gobierno una ley sobre un “modelo francés del final de la vida”, pero sin comprometerse a seguir la opinión de una convención ciudadana que recomendó autorizar la eutanasia o el suicidio asistido.
Tras tres meses de debates, los 184 miembros de esa convención impulsada por Macron aprobaron por amplia mayoría recomendar una “ayuda activa a morir”, en concreto el suicidio asistido o la eutanasia, pero sin ponerse de acuerdo sobre su acceso a menores.
“No puedo prometerles retomar una u otra de sus conclusiones. Estas seguirán su curso. Su victoria es que existan”, dijo el presidente centrista a los miembros de esta convención, que le presentaron sus conclusiones en el Palacio del Elíseo.
Macron, de 45 años, encargó al gobierno y a los parlamentarios fijar las modalidades de este “modelo francés de final de vida” para mediados de septiembre, en base a los principios de una “voluntad libre” y “reiterada” ante sufrimientos “incurables”.
El Colegio de Médicos ya avanzó su oposición a que doctores practiquen la eutanasia y pidió una cláusula de conciencia en el caso del suicidio asistido.
En Francia, la eutanasia es un asunto delicado, sobre todo desde el caso de Vincent Humbert quien, tetrapléjico, mudo y casi ciego por un accidente de tráfico, pidió en 2003 en vano al entonces presidente conservador Jacques Chirac “el derecho a morir”.
Los cambios en las leyes sobre cuidados paliativos fueron sucediendo desde entonces. La última, la ley Claeys-Leonetti, instauró en 2016 una “profunda y continua sedación” hasta la muerte para pacientes con una “enfermedad grave e incurable”.
El actual mandatario anunció también este lunes “un plan decenal” sobre cuidados paliativos para garantizar un “acceso efectivo y universal a los cuidados de acompañamiento en el final de la vida”.
Según un sondeo publicado este domingo por el semanario Le Journal du Dimanche, una 70% de los franceses consultados apoya legislar una ayuda activa a morir, aunque sólo un 36% recurrirían a la eutanasia si tuvieron una enfermedad dolorosa e incurable.
La eutanasia es legal actualmente en un puñado de países en el mundo, entre ellos Colombia, España, Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo.