Washington. El magnate y expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, cambió su decisión y no comparecerá como testigo en su propia defensa este lunes en el juicio por fraude fiscal que se lleva a cabo en Nueva York. Afirmó que no tiene “nada más que decir”.
La sorpresiva declaración fue publicada en su red Truth Social el domingo, donde añadió que ya había testificado “a todo” en el juicio en curso contra él, sus hijos mayores Don Jr y Eric, y otros ejecutivos de la Trump Organization.
El mes pasado, Trump respondió a un interrogatorio de la fiscalía que lo acusa de inflar el valor de sus propiedades para obtener beneficios en solicitudes de préstamos bancarios y términos de aseguradoras.
El 6 de noviembre, durante cuatro horas se enfrentó a los fiscales, en ocasiones siendo reprendido por el juez Arthur Engoron, quien le advirtió que “este no es un mitin político”.
El domingo, Trump afirmó que ya había testificado de forma “muy exitosa y conclusiva” en el caso.
El imperio inmobiliario de Trump está en riesgo debido a la demanda civil presentada por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, así como a otras acciones legales antes de las próximas elecciones presidenciales.
Antes de los argumentos de apertura, Engoron dictaminó que la oficina de James ya había presentado “evidencia concluyente” de que Trump sobrevaloró su patrimonio neto en documentos financieros entre 2014 y 2021.
Por tanto, el juez ordenó la liquidación de las compañías que administraban los activos en cuestión, como la Trump Tower y el rascacielos 40 Wall Street en Manhattan, una decisión que está en apelación.
A diferencia de algunas de las batallas legales de Trump, esta demanda no conlleva riesgo de pena de prisión. Desde el inicio del juicio el 2 de octubre, el magnate republicano denunció una “cacería de brujas”.
El juicio continuará sin su testimonio, y se espera una sentencia para finales de enero.