
Roma. Cientos de nostálgicos del dictador Benito Mussolini desfilaron el domingo en su ciudad natal, Predappio, para celebrar los 100 años de la “Marcha sobre Roma”, que marcó la llegada al poder de los fascistas en Italia.
Unas 2.000 personas, según estimaciones oficiales, se reunieron en esta pequeña ciudad de Emilia-Romaña, en el norte de Italia, donde también está enterrado el dictador. La tumba de Mussolini se convirtió en lugar de peregrinación y es visitado cada año por decenas de miles de visitantes.
El domingo, algunos de sus seguidores manifestaron su apoyo al nuevo gobierno dirigido por la líder de extrema derecha Giorgia Meloni, quien contribuyó a crear hace diez años el partido Hermanos de Italia. La agrupación política tiene raíces neofascistas.
Sin embargo, durante su primer discurso ante el Parlamento esta semana, la nueva primera ministra aseguró que nunca había sentido “ninguna simpatía o proximidad con los regímenes antidemocráticos (...), incluido el fascismo”.

“Habría votado a Lucifer si hubiera derrotado a la izquierda en Italia. Así que estoy contento de que tengamos el gobierno de Meloni”, dijo el organizador de la concentración, Mirco Santarelli, según la agencia de noticias italiana Ansa.
Con pancartas y una enorme bandera italiana, muchos de los presentes iban vestidos de negro, un homenaje a los camisas negras, la milicia del movimiento fascista y luego del régimen de Mussolini. Algunos alzaron su brazo derecho para hacer el saludo fascista, pese a que los organizadores pidieran que no se hiciera.
“Si después de 100 años, aún estamos aquí, es para rendir homenaje al que quería este Estado y que nunca dejaremos de admirar”, declaró la bisnieta del dictador, Orsola Mussolini, que participaba en la marcha con su hermana, Vittoria.
El 28 de octubre de 1922, la “Marcha sobre Roma” marcó la llegada al poder de Benito Mussolini, que instauró un régimen nacionalista y autoritario. Fue fusilado por los partisanos en abril de 1945 en las últimas horas de la guerra y su cuerpo fue posteriormente colgado y mutilado por la multitud en una plaza de Milán.
Aunque la ley italiana prohibe la apología del fascismo, raramente se aplica.
En Italia, muchos atribuyen a Mussolini haber dotado al país con infraestructuras (trenes, autopistas etc) o haber instaurado programas de protección social.
