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Antonio Barrios: "Los partidos en Líbano ponen por delante, primero, la religión". Antonio Barrios para LN
Líbano vive una situación de inestabilidad política que no augura una salida a corto plazo de la crisis, también económica, que lo abate.
El pequeño país de Oriente Medio, escenario de grandes protestas desde hace un año, es víctima de un problema tanto estructural como coyuntural, dice Antonio Barrios Oviedo, académico costarricense y experto en el análisis de los conflictos en Oriente Medio.
“La explosión (del 4 de agosto) que destruyó la única vía de exportación e importación de Líbano, que era el puerto de Beirut,está llevando a que haya grupos que se estén aprovechando políticamente, como el movimiento Hezbolá, para ver qué pueden sacar de esto y cómo logran más poder”, advierte.
Su valoración del momento actual de Líbano es pesimista y no ve factible que los diversos actores políticos lleven a cabo las reformas que dentro y fuera del país se reclaman con carácter de urgencia. Peor aún: teme que en el río revuelto haya intereses foráneos deseosos de atizar la hoguera.
Barrios, especialista en Relaciones Internacionales y profesor invitado de varias universidades del Kurdistán iraquí, conversó el viernes con La Nación.
- ¿Cuál es su valoración de la crisis política y económica en Líbano? ¿Es estructural o coyuntural?
- La crisis de Líbano es estructural-histórica, ha habido siempre una inestabilidad política que se acrecentó con la conformación del Estado de Israel, en 1948, y la huida de un millón de refugiados palestinos. Han sido más los altos de conflictos que los bajos de estabilidad en Líbano.
“También es coyuntural. La inestabilidad no ha parado desde el asesinato del primer ministro Rafic Hariri, en el 2005. Este hecho marca un punto de inflexión pues Líbano no se recuperó más. El gobierno de Hariri le dio algo de estabilidad a Líbano y prometía muchas de las reformas que se siguen hablando aún ahora”.
- ¿Cuánto influye el sistema confesional en la búsqueda de una reforma? ¿Es una traba?
- El problema que tiene Líbano es que su sistema político es multipartidista regido por un marco confesional muy profundo, más que la política misma. Los partidos en Líbano ponen por delante, primero, la religión. Entonces, la posibilidad de una reforma política que logre un consenso para mejorar la economía y la situación política para hacer el país más gobernable, la veo muy complicada.
"La explosión que destruyó la única vía de exportación e importación de Líbano,que era el puerto de Beirut,está llevando a que haya grupos que se estén aprovechando políticamente, como el movimiento Hezbolá, para ver qué pueden sacar de esto y cómo logran más poder.
"No hay gobierno constituido y ahora lo que toca es adelantar las elecciones o ver cómo el Parlamento logra nombrar un nuevo gobierno. En mi criterio, lo más viable es llamar a elecciones, pero el clima de protestas no permite condiciones para convocarlas. Hay una desazón, hay una incertidumbre terrible: la corrupción, el sistema de salud está colapsado, no hay nada de inversión, hay problemas con servicios públicos como la electricidad...
"Tampoco hay condiciones políticas creíbles para hacer ese llamado.
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"En Líbano, las coaliciones para formar gobierno son débiles. Se logran para este fin, pero el problema es que todos los múltiples intereses empiezan a resquebrajar esas alianzas cuando se trata de definir las prioridades de gobierno.
“Difícilmente esa situación permitirá todas las reformas económicas y políticas que Líbano requiere con profundidad y que se traigan abajo todo ese clientelismo político estructurado a lo largo de muchas décadas”.
- Entonces, el futuro es muy complicado.
- Líbano tiene todas las condiciones de guerra civil. No hay gobierno, no hay condiciones para llamar a elecciones, las protestas se mantienen, hay una quiebra de la economía, no hay inversiones y sí una incertidumbre terrible.
“Además, puede haber actores externos interesados en profundizar una situación de crisis, y la comunidad internacional debe cuidar que Líbano no caiga en una situación similar a la de Yemen”.
¿Puede Francia influir en la búsqueda de una reforma política y económica?
- Francia sigue teniendo un papel preponderante en Líbano. Vemos que tras la explosión en el puerto de Beirut, el primer mandatario de Europa que viajó a Líbano fue Emmanuel Macron, quien pretende presentarse como el salvador de Líbano y ofreció cielo y tierra e inversión para levantar la economía libanesa.
"Macron se convirtió en la voz en medio de un vacío político y procura convencer a la Unión Europea sobre la importancia de levantar la economía libanesa, no solo para frenar la protesta, sino que eso no implique que otros grupos, como Hezbolá, se aprovechen de la situación de crisis interna y que adquieran más poder del que ya tienen.
“Creo que Francia es quien puede levantar la economía libanesa”.