"Puede haber actores externos interesados en profundizar una situación de crisis", según ese especialista en conflictos de Oriente Medio.
Sobre la repercusión del Estado Islámico en Oriente Medio y la potencial amenaza en otras zonas del mundo, como Asia, habló el especialista Antonio Barrios Oviedo.
El fin de la Primera Guerra Mundial, hace 100 años, no acabó con todas las guerras, sino que disparó todas.
En Yemen, mueren 130 niños diarios sin que nadie se inmute, y las escasas veces cuando los analistas se refieren al conflicto utilizan una lógica y una narrativa muy diferentes a la aplicadas a Israel.
Nunca antes Israel había tenido un tan ferviente soldado, como lo es Trump, a la vieja usanza de la doctrina Carter y Reagan.
¿Quién lanzó los ataques químicos contra la población siria? Solo porque la inteligencia británica, estadounidense o cualquier otra dijeran que fue el régimen de Asad, entonces ¿hay que creerles?
Occidente, en las dos últimas décadas, ha cometido errores que han fortalecido a Rusia.
De gestarse una nueva guerra en Irak, esta empezaría en Kirkuk si no se hace algo antes para evitar un innecesario baño de sangre entre peshmergas kurdos, tropas árabes iraquíes y milicias chiitas.
Antonio Barrios, miembro de la Cátedra Ibn Khaldun de Estudios del Medio Oriente, de la Universidad de Costa Rica, fue el único costarricense invitado por el gobierno del Kurdistán iraquí como observador del referendo realizado este lunes 25 de setiembre y que busca la independencia de esa región. Barrios escribió para La Nación sobre este hecho.
Es evidente que impulsa un creciente autoritarismo en lo militar, político y religioso, cuyo efecto es la centralización del poder.